Alberto Fernández aparece mencionado en al menos una docena de negociaciones de contratos de seguros con el Estado, gestionados por el broker Héctor Martínez Sosa y su esposa, María Cantero, quien era secretaria del entonces presidente y facilitaba las reuniones con funcionarios. En dos casos, Fernández intercedió directamente para favorecer contratos de la Cancillería, bajo la gestión de Santiago Cafiero, y de Fabricaciones Militares, dependiente del Ministerio de Defensa.
Las 472 páginas de conversaciones telefónicas en poder de la Justicia, realizadas desde un celular de María Cantero entre 2016 y 2024, revelan estas interacciones. Estos chats se complementan con otras 68 páginas de conversaciones entre Cantero y el propio Alberto Fernández.
En 2016, los chats muestran pedidos de dinero entre Cantero y Fernández, con menciones a arreglos con Sergio Massa. En 2019, Cantero solicitó ayuda a Fernández tras perder un contrato en Chubut. Tras el triunfo electoral, Martínez Sosa visitó a Fernández en la Quinta de Olivos, llevándole corbatas de regalo.
El 24 de mayo de 2023, Cantero le pidió a Fernández intervenir para que Cancillería no reemplazara a su esposo como productor de seguros. Fernández respondió: “Ya me ocupo”. En junio de 2023, Martínez Sosa logró resolver el problema con la ayuda de Fernández, según los chats.
La relación entre Fernández y Martínez Sosa se complica con denuncias y publicaciones periodísticas. Fernández le exigió a Martínez Sosa que desmintiera públicamente las acusaciones de negocios conjuntos.
En cuanto a Fabricaciones Militares, los chats revelan intentos de Martínez Sosa para recuperar contratos, con intervenciones de Fernández facilitando contactos y reuniones.
Los chats evidencian un patrón de pedidos y favores entre Cantero, Martínez Sosa y Fernández, aunque el expresidente negó tener negocios en común con ellos.