Después de intensas negociaciones, Sergio Massa logró alcanzar un acuerdo técnico con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la quinta y sexta revisiones en el marco del programa de Facilidades Extendidas (EFF). El acuerdo fue resistido por el kirchnerismo y contempla la reducción de USD 7000 millones de las metas de reservas y se mantiene la meta de déficit fiscal del 1.9% del PBI.
El acuerdo permitirá el envío de USD 7500 millones por parte del FMI, pero los desembolsos recién llegarán después de las elecciones PASO, una vez se consigan las firmas de los directores de todos los países miembros del organismo.
El FMI destacó que la situación económica de Argentina se ha vuelto desafiante desde la finalización de la cuarta revisión en marzo, mencionando desvíos y retrasos en las políticas y el impacto de la sequía. Sin embargo, respaldó el paquete de políticas fiscales y cambiarias para reconstruir las reservas y mejorar la sostenibilidad fiscal.
El acuerdo incluye medidas para armonizar el régimen cambiario, mantener tasas de interés positivas en términos reales y continuar con intervenciones en el mercado cambiario. También se ratifica la meta de déficit fiscal primario del 1.9% del PIB, aunque se requiere un mayor endurecimiento de la política fiscal en el segundo semestre del año.
El FMI aconseja contener el crecimiento de la masa salarial y actualizar las tarifas de energía para reflejar los cambios en los costos de producción, así como mejorar la focalización de la asistencia social y la racionalización de las transferencias a provincias y empresas estatales.
El paquete de políticas acordado busca aumentar las reservas durante el resto del año, con un objetivo de acumulación de reservas internacionales netas de alrededor de USD 1.000 millones para fines de 2023, respaldado por mejoras en el balance energético resultado de la finalización de la primera fase del gasoducto.