Debate y Convergencia

A un año de la invasión, los nuevos desafíos.

Hace un año, el presidente ruso Vladimir Putin invadió Ucrania, lo que ha tenido graves consecuencias geopolíticas y económicas a nivel global y ha impactado en una economía mundial que aún no se recuperaba de la pandemia. La guerra en curso ha elevado los precios de los alimentos debido a que Rusia y Ucrania son importantes proveedores de trigo y aceite de girasol, y Rusia es el mayor productor de fertilizante del mundo.

Mabrouk Chetouane, Jefe de Estrategia para el Mercado Global, y Nicolás Malagardis, estratega de mercado de Natixis Investment Managers, sostienen que además de las lamentables pérdidas humanas, la guerra ha impulsado una serie de impactos geopolíticos y económicos, cuyas consecuencias serán de largo alcance. “La guerra de Rusia contra Ucrania probablemente no será recordada como el fin de una era, sino como el inicio de una nueva”, afirman.

Los expertos indican que el occidente ha desafiado los malos presagios de una forma que pocos hubieran esperado, aunque ha sido especialmente costoso para Europa, ya que las sanciones implementadas contra Rusia han afectado claramente las perspectivas de crecimiento del país a largo plazo. Sin embargo, la guerra también ha revelado la necesidad de abordar debilidades estructurales entre las alianzas de países occidentales.

Los especialistas prevén que se necesitará invertir una cantidad significativa de capital para financiar los numerosos retos que nos esperan, especialmente aquellos que se relacionan con la seguridad del sector energético y la resiliencia de las cadenas de suministro. “Esto deberá detonar un nuevo super ciclo de inversiones y confrontar el argumento secular de un estancamiento que ha cobrado impulso en la última década”, señalan. “Sin embargo, los legisladores no deberán desperdiciar el ímpetu político generado por la guerra para tomar las decisiones necesarias para preparar a sus economías para los desafíos de esta nueva era”.

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