Las sanciones económicas son una fuerte herramienta para poder lidear con este tipo de conflictos. Estados Unidos y Europa confirmaron que en los próximos días, Rusia va a sentir el primer golpe sobre su economía que en algunos aspectos tendrá un efecto inmediato, y en otros irá obligando al Banco Central ruso a tomar medidas excepcionales: como la posibilidad de que utilice sus reservas en oro y en dólar para evitar que su moneda se derrumbe aún más de lo que ya lo hizo hasta el momento. Pero además, el propio gobierno comienza a avanzar en la posibilidad de adelantar la puesta en marcha del rublo digital, como una alternativa para reducir el impacto económico.
Cuando Rusia invadió Crimea en el 2014, las sanciones económicas le implicaron a Rusia una pérdida de u$s50.000 millones al año. Sin embargo, parece que Rusia aprendió una lección: Rusia se ha diversificado, reduciendo las tenencias de bonos del Tesoro de Estados Unidos y dólares. El euro y el oro representan una parte mayor de las reservas rusas que los dólares, según un informe de enero del Instituto de Finanzas Internacionales.
Es por eso, que ninguno de los analistas consideran que Rusia no tenga un “as sobre la manga” respecto a proteger sus finanzas. En Rusia llevan tiempo preparando su propia criptodivisa oficial, una alternativa para escapar de las sanciones. Recientemente completaron el prototipo de esta moneda en diciembre de 2021 y ya se hicieron las primeras pruebas.
La regulación de las criptomonedas parece estar en camino en este país, aunque hay disensiones entre el Banco de Rusia —que preferiría prohibir la minería y las criptomonedas— y el banco central ruso, que está detrás del impulso del rublo digital. Ese movimiento es similar al realizado por China, que también lleva meses preparando su propio yuan digital. El gigante asiático plantea ese desarrollo como el futuro de su economía, y lo ha demostrado con el soporte de esa criptomoneda incluso en parte de la red de cajeros de Pekín.
Rusia es de hecho uno de los principales apoyos de la minería de criptodivisas. Los últimos datos apuntan a que controla el 12% de todas las criptodivisas, lo que ha parecido ser razón de peso para evitar prohibirla esta actividad, algo que por ejemplo sí hicieron en China.
El apoyo oficial a las criptomonedas se ha ido extendiendo a otros países en los últimos meses, y de hecho Mykhailo Fedorov, viceprimer ministro de Ucrania, indicó hace una semana que el país legalizaba las criptodivisas de modo que sus ciudadanos “puedan proteger sus activos ante posibles abusos o fraude”.
El Banco de Rusia anunció la semana pasada – previo al conflicto- que lanzó oficialmente la prueba de su CBDC, y que ya se habían realizado las primeras transferencias digitales de rublos entre ciudadanos con mucho éxito. Durante las pruebas, los clientes no solo abrieron monederos digitales utilizando la aplicación móvil, sino que también cambiaron rublos no monetarios por digitales. A continuación se probó el mecanismo de transferencia de rublos digitales entre cuentas.
Tres de las 12 instituciones financieras que participan en el programa piloto CBDC del Banco de Rusia ya han integrado el rublo digital en sus plataformas. Todavía queda una segunda etapa que implicará probar los pagos digitales en rublos por bienes y servicios, así como la implementación de contratos inteligentes y la interacción con el Tesoro Federal. En una tercera, el Banco de Rusia planeaba facilitar los pagos de CBDC fuera de línea y permitir que los no residentes también realicen transacciones en rublo digital.
Olga Skorobogatova, primera vicegobernadora del Banco de Rusia, señaló una semana atrás que el rublo digital permitirá transacciones gratuitas en todas las partes del país y constituye una “nueva oportunidad para los ciudadanos, las empresas y el estado”.
Fuente: Ambito, Argentina