Mientras Emmanuel Macron llamaba este miércoles a un nuevo pacto social en un discurso a la nación, manifestantes en todo el país le dejaban claro a ritmo de cacerolada que no iban a escucharle, como él no los escuchó a ellos con la reforma de la jubilación.
El presidente francés ha insistido en que esta es la única forma de garantizar las jubilaciones para todos ante el aumento de la esperanza de vida.
“Un nuevo pacto social con sindicatos y patronal”
“Este nuevo pacto para la vida en el trabajo será construido en las próximas semanas y meses por medio del diálogo social y acuerdos muy concretos a nivel nacional”, decía el dirigente francés. “Pero también cerca del terreno que los sindicatos y las organizaciones empresariales serán capaces de encontrar. Es a través de la reindustrialización que recuperaremos nuestra fuerza y crearemos empleos mejor pagados”.
“¿Ha sido aceptada la reforma? Obviamente, no”, ha reconocido. La ley fue aprobada sin el consenso con otros partidos o sindicatos.
Los sindicatos, por su parte, han criticado que el presidente no ha cambiado nada ni ha dicho nada concreto.
En París, las concentraciones se han acabado convirtiendo en manifestaciones espontáneas en muchos barrios. Se ha prendido fuego a contenedores de basura cuando la policía intentaba dispersar a la multitud.
La nueva ley, que sube dos años la edad de jubilación, de los 62 a los 64 años, lleva desde enero provocando manifestaciones multitudinarias y huelgas en toda Francia.