El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado a la baja las proyecciones de crecimiento de Argentina para 2023. Anteriormente, el FMI estimaba un crecimiento del 2%, pero ahora se espera que la economía argentina crezca sólo un 0,2%, en medio de un contexto de desaceleración mundial y una sequía en el país.

Al mismo tiempo, el FMI ha elevado las proyecciones de inflación para Argentina al 98% para este año, en línea con las modificaciones realizadas en la cuarta revisión del programa argentino con el Fondo. Estos cambios son una muestra del impacto de la sequía y la desaceleración económica global en la economía argentina.

El pronóstico del FMI también coincide con los recientes pronósticos del Banco Mundial, que estima que la Argentina no crecerá en 2023. Además, el FMI advierte que la situación podría empeorar si se producen coletazos en el sector financiero, que aún se encuentra en una situación turbulenta.

El FMI señala que la economía mundial se encuentra en un momento de gran incertidumbre, debido a los efectos acumulativos de los últimos tres años de shocks adversos, incluyendo la pandemia de COVID-19 y la invasión rusa de Ucrania. Estos efectos están manifestándose de formas imprevistas, estimulando la demanda reprimida y provocando interrupciones persistentes en el suministro.

En resumen, el FMI considera que la economía mundial aún sufrirá las consecuencias negativas de la pandemia y la inflación, lo que afectará al crecimiento económico global en los próximos años.