La tregua en el Frente de Todos tras la llegada de Sergio Massa y el atentado a Cristina Kirchner terminó y Alberto Fernández comenzó a mostrar poder de daño para abrir una negociación.
El presidente y su entorno acumularon una serie de movimientos que dan cuenta del fin de la supuesta armonía a la que había llegado el oficialismo.
En primer lugar, Alberto mandó a dar una señal en contra de la suspensión de las primarias obligatorias que promueven los gobernadores peronistas. Lo hizo a través del diputado Leandro Santoro, quien suele marcar las posiciones del presidente.
Se trata de un misil de la Rosada a la estrategia electoral de vastos sectores del peronismo que podrían darle chances de retener el poder el año que viene.
El lunes por la noche, Alberto hizo una movida aún mas fuerte: empujó a la CGT a rechazar la idea de la propia Cristina de otorgar suma fija para los trabajadores antes de fin de año y en cambio exigir la reapertura de las paritarias.
Se trata de una jugada avalada por la vicepresidenta para recomponer el salario de los trabajadores mediante un bono sin fijar un porcentaje como lo hacen las paritarias, que usualmente funcionan como un piso para la inflación del año subsiguiente.
Como el kirchnerismo apunta a bajar la inflación como sea para tener alguna chance en las elecciones, la jugada de Alberto parece un mazazo al plan de estabilización económica. Es que si los gremios gozan de paritarias libres -una bandera que el kirchnerismo siempre buscó usar a su favor- la inflación se podría disparar y de ese modo se esfumarían las expectativas de un triunfo.
La pérdida de protagonismo de Alberto en detrimento de Massa es otro de los factores que llevaron al presidente a tomar una posición “petardista”. Su amigo Juan Antonio Fernández a cargo de la Dirección General de Gestión de la Documentación, disparó públicamente contra uno de los funcionarios de mayor rango de Massa. “Avisenlé a Tombolini que se apure a terminar con lo de las figuritas, porque el precio de la cubiertas se está yendo a la m….. junto con los alimentos de la canasta familiar; ejemplo una cabeza de ajo $150 en las ferias de CABA y no muy lejos del Mercado Central”, tuiteó el funcionario albertista.
Pero con quien Alberto está más distanciado es con la vicepresidenta, a quien no ve desde el día siguiente al intento de magnicidio. “Está obsesionado con Cristina”, dijo a LPO una importante fuente del Frente de Todos. En el oficialismo creen que las maniobras del presidente desnudan su intento de negociar las listas para el año que viene y para que sepan que todavía puede hacer daño.
El kirchnerismo no se queda atrás con el poder de fuego y busca aprovechar el conflicto con los neumáticos para ir a la carga contra Claudio Moroni. El ministro de Trabajo es uno de los pocos sobrevivientes de la lista de funcionarios apuntados por el sector de la vicepresidenta desde la derrota de 2021.
A Moroni lo cuestionan por la falta de resolución del conflicto y de ponerse del lado de los empresarios. No es casual que la alternativa para solucionar el conflicto proviniera desde el ministerio de Economía, desde donde dejaron trascender que si la disputa no se resuelve en la audiencia de este miércoles en Trabajo, se habilitará la importación de emergencia de neumáticos.
Quienes buscan mediar en la interna entre Alberto y Cristina aspiran a reunirlos en el acto del próximo 17 de octubre en Tucumán, al que el presidente ya confirmó asistencia. En el kirchnerismo no creen que Cristina haga lo mismo.
Fuente: La Politica Online SA 2022.