El alcalde de Odesa, Gennadiy Trukhanov (ex oficial de artillería del Ejército Rojo), ha inspeccionado algunos de los refugios abandonados de la era soviética e informó que, en teoría, se pueden reactivar 85, mientras que la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Boerbock, se ofreció a restaurar un búnker protector cerca de la ciudad para ayudar a Ucrania en cso de una invasión rusa: ¿qué sucede en Odesa?
Odesa no tiene tales objetivos militares. Para los rusos, Odesa es una ciudad icónica. Imposible que imaginarían bombardearla. ¿Qué es lo que sucede, entonces, en Odesa, la mayor ciudad Nº3 de Ucrania, puerto comercial marítimo Nº1, estilo arquitectónico francés e italiano por laa que la llaman ‘la Perla del Mar Negro’, cuyo centro es Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO.
Durante la Guerra de Crimea, en abril de 1854, Odesa fue bombardeada por fuerzas navales británicas y francesas con un intento de desembarco, que fracasó ante la feroz resistencia de los ciudadanos y la reacción inmediata en su defensa de parte de la prensa europea. En 1905 Odesa vivió una revolución de trabajadores. El largometraje ‘El acorazado Potemkin‘, del director Serguéi Eisenstein, cuenta ese evento, e incluye una de las escenas más famosas de la historia del cine, que nunca ocurrió: cientos de civiles asesinados en una escalera de piedra. Guerra psicológica, quizás un antecedente a lo que ocurre hoy día. Después de la guerra de independencia de Ucrania en 1917 la ciudad ingresó a la República Popular Ucraniana pero en 1918 los bolcheviques autoproclamaron la República Soviética de Odesa, que 3 meses más tarde fue ocupada de nuevo por la República Popular Ucraniana. En 1920 Ucrania perdió la guerra de independencia y el ejército bolchevique tomó la ciudad; en 1922, la ciudad ingresó a la República Socialista Soviética de Ucrania, y luego a la URSS, hoy Federación Rusa.
- Odesa tiene un pasado separatista,
- Odesa tiene una historia independiente de Ucrania,
- Odesa tiene una historia rusa.
Guy Chazan en Financial Times, desde Odesa, días atrás:
“Afuera de la casa sindical de Odesa, escenario de un incendio en 2014 que dejó 42 manifestantes prorrusos muertos, un santuario improvisado de cruces, velas y flores conmemora a las víctimas, junto con un descarnado mensaje fijado a una cerca: “Nunca olvidar, y nunca perdonar”.
El grafiti grabado en un asta de bandera cercana es más siniestro: “Ucrania, pronto te vas a joder” y “tus días están contados”.
2014 fue la última vez que las tensiones comunitarias estallaron en violencia en Odesa, una ciudad portuaria en la costa ucraniana del Mar Negro con una gran población de etnia rusa. Pero dado que se teme que un ataque ruso a Ucrania sea inminente, podría no ser el último. “Odesa está dividida en 2”, dijo Boris Khersonsky, un conocido psiquiatra e intelectual local.
Sus divisiones la exponen en la crisis actual. Muchos residentes temen que Odesa pueda convertirse en un objetivo clave para las fuerzas de Vladimir Putin si estalla la guerra, y que partes de la población incluso puedan recibir una invasión rusa.
(…) De cualquier manera, la gran incógnita es cómo reaccionarían los habitantes de Odesa si las fuerzas rusas atacaran. “Definitivamente hay mucha gente aquí que les daría la bienvenida”, dijo Khersonsky.
Esa es una consecuencia de la demografía inusual de la ciudad: contiene muchos más rusos étnicos que la mayoría de las otras ciudades ucranianas. “Miran más a Moscú que a Kiev”, dijo. “Si Odesa es un país, su capital es Moscú”.
(…) Pero en 2014, la reputación tranquila y pacífica de la ciudad se hizo añicos. Ese fue el año en que Moscú anexó Crimea y estalló una revuelta separatista en Donetsk y Luhansk, en la región de Donbas, en el este de Ucrania. La violencia luego se extendió a Odesa donde, el 2 de mayo, turbas pro-Kyiv y pro-Moscú libraron feroces batallas callejeras.
Luego, más tarde ese día, la sede del sindicato en el centro de la ciudad fue incendiada y decenas de manifestantes prorrusos que se habían retirado allí murieron, algunos por inhalación de humo, otros después de saltar por las ventanas.
Para algunos odesanos fue el momento en que impidieron que su ciudad se convirtiera en otro Donetsk. Pero para otros fue una masacre. “Se convirtió en un grito de guerra para los rusos que luchaban contra lo que llamaban ‘nazis ucranianos’”, dijo Dubovyk.
Mapa que demuestra que Odesa tiene poco pasado en común con Ucrania.
Alexander Prigarin, etnólogo de la universidad nacional de Odesa, dijo que cuando las fuerzas rusas tomaron el control de Crimea, muchos en la ciudad deseaban que su ciudad fuera la siguiente. “Muchos pequeños empresarios esperaban que Putin viniera aquí e impusiera orden… La gente envidiaba a Crimea”, dijo.
Desde 2014, afirmó, las cosas han empeorado. Citó leyes recientes que tienen como objetivo promover la primacía del idioma ucraniano y restringir el uso del ruso en entornos públicos. Uno, que entró en vigor el mes pasado, obliga a todos los medios impresos nacionales a publicar en ucraniano. “No se puede imponer un idioma a la gente”, dijo Prigarin.
La propia Odesa ofrece poca evidencia de que los rusos y su idioma sean perseguidos. Celebra abiertamente sus lazos con la cultura y la historia rusas y tiene una estatua de Catalina la Grande, que incorporó franjas de la actual Ucrania al imperio ruso, en una de sus plazas centrales. El ruso sigue siendo el idioma dominante, aunque el ucraniano está avanzando.
(..) Otros ven las cosas de otra manera. Igor Yakobchuk, representante en Odesa de Asnova Holding, una empresa de logística ucraniana, dijo que los residentes se habían vuelto más leales a Ucrania en los últimos 8 años. “Antes, la gente solía idealizar el mundo ruso”, dijo. “Pero después de 2014, volvieron en sí. Vieron lo que sucedió en Donetsk y Lugansk, cómo los bandidos tomaron el poder y se sorprendieron”.
(…) “Putin es ex KGB; piensa más en términos de ‘operaciones especiales’ que de invasiones”, dijo el parlamentario Goncharenko. “Fácilmente podría tratar de convertir a Odesa en un nuevo Donbas”.
Fuente: Urgente24, Argentina