Irán advierte a EE.UU. y Europa: no habrá negociación nuclear sin garantías tras los ataques a sus instalaciones

El canciller iraní Abbas Araqchi abrió la puerta a una eventual reanudación del diálogo nuclear con Estados Unidos, pero lo hizo bajo condiciones tajantes: no se retomarán las negociaciones si continúan las acciones militares como los recientes bombardeos a instalaciones nucleares, ocurridos el pasado 22 de junio.

“Los estadounidenses traicionaron la diplomacia y la mesa de negociaciones. Si pretenden retomarlas, deben garantizar que algo así no volverá a ocurrir”, advirtió el jefe de la diplomacia iraní en declaraciones a la agencia estatal IRNA. El mensaje deja en claro que Teherán percibe los ataques como una violación directa al espíritu de cualquier acercamiento diplomático.

Araqchi también reiteró que Irán no aceptará ninguna suspensión del proceso de enriquecimiento de uranio, una de las exigencias centrales del expresidente Donald Trump para cualquier nuevo acuerdo. “No aceptaremos ningún acuerdo que no incluya el derecho al enriquecimiento”, enfatizó, reafirmando una línea roja para Teherán.

Endurecimiento frente al OIEA

El canciller anunció, además, un giro en la relación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), liderado por el argentino Rafael Grossi. A partir de ahora, toda cooperación con ese organismo de Naciones Unidas será supervisada exclusivamente por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, en cumplimiento de una nueva legislación aprobada por el Parlamento iraní.

Este cambio marca un endurecimiento institucional que refleja el creciente clima de desconfianza tras los ataques a las instalaciones nucleares, que Teherán vincula a operaciones encubiertas impulsadas por potencias extranjeras.

Advertencia a las potencias europeas

El canciller iraní también lanzó una advertencia directa a Alemania, Francia y el Reino Unido, las tres potencias europeas firmantes del acuerdo nuclear original de 2015. Les instó a no activar el mecanismo de snapback, que restablecería automáticamente sanciones de la ONU contra Irán.

“Si Europa da ese paso, marcará el final de su papel en la cuestión nuclear iraní”, alertó Araqchi, dejando en claro que Teherán no tolerará movimientos unilaterales que retrotraigan la relación al escenario de máxima presión impulsado por Washington en años anteriores.

En medio de un contexto regional cargado de tensión, Irán envía así un mensaje doble: está dispuesto a dialogar, pero desde una posición de firmeza que excluye concesiones claves de su programa nuclear y exige garantías reales frente a cualquier forma de agresión.

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