El dólar toca récord histórico y proyectan $1.400 a fin de año: las 7 causas detrás de la presión cambiaria

El dólar oficial alcanzó este martes su valor histórico más alto en el mercado minorista, al llegar a los $1.235, mientras que en el mayorista se ubicó en $1.220, tras una suba de $17 en una sola jornada. El movimiento generó inquietud en la City y arrastró también al mercado informal, donde el blue trepó hasta los $1.225. En paralelo, los contratos a futuro del Matba-Rofex para diciembre escalaron a $1.399, anticipando una tendencia alcista sostenida.

Según economistas y operadores, existen al menos siete factores que están generando una presión sobre el tipo de cambio, tanto desde lo coyuntural como desde lo estructural, lo que podría mantener esta dinámica en los próximos meses.

1. Fin del carry trade y advertencia de JP Morgan

El banco de inversión JP Morgan publicó un informe en el que, pese a destacar los avances en desinflación y ajuste fiscal, recomendó a los inversores desarmar posiciones en pesos. Dio por concluida la estrategia de «carry trade» y cerró su posición en Lecap tras obtener un retorno del 10,4%. El trasfondo de esta decisión se vincula a la cercanía del calendario electoral y al fin del impulso generado por la liquidación del agro.

2. Fallo judicial contra Argentina por el caso YPF

La orden de una jueza estadounidense de que el Estado argentino transfiera el 51% de las acciones de YPF como parte de la ejecución del fallo por la expropiación de 2012 generó un cimbronazo en los mercados. La condena por US$16.000 millones refuerza el temor a un nuevo frente financiero para el país. Aunque su implementación práctica es incierta, el efecto inmediato fue una mayor demanda de cobertura cambiaria.

3. Argentina queda fuera del radar inversor de MSCI

La decisión de MSCI de mantener a la Argentina en la categoría de mercado “standalone” —sin siquiera avanzar hacia la condición de «frontera»— confirmó que el país sigue fuera del radar de los grandes fondos internacionales. Esta exclusión impide atraer nuevos capitales y debilita el apetito inversor.

4. Estacionalidad: aguinaldos, vacaciones y presión sobre el dólar

Julio combina el cobro del medio aguinaldo, los sueldos y el inicio de las vacaciones de invierno, lo que incrementa la demanda de divisas. Esto se refleja especialmente en el turismo al exterior y en el consumo de bienes importados, dos rubros que ya mostraban cifras elevadas desde abril y mayo.

5. Auge importador y dólar “barato”

La percepción de que el tipo de cambio está atrasado empuja a importadores y consumidores a anticiparse. Según el INDEC, en mayo las importaciones crecieron más de un 29% interanual, alcanzando el mayor nivel desde octubre de 2023. La expectativa de una menor oferta de dólares del agro acentúa esta conducta.

6. Ingreso transitorio del agro y reservas bajo presión

Aunque actualmente hay una fuerte liquidación de divisas del sector agroexportador —sólo en los últimos 12 días se declararon ventas externas por US$6.500 millones—, se espera que esta fuente de ingresos se reduzca significativamente en las próximas semanas. Con el Banco Central sin capacidad para acumular reservas genuinas, el margen de maniobra es limitado.

7. Clima preelectoral e incertidumbre política

El inicio del calendario electoral, con comicios provinciales y la mirada puesta en las legislativas de octubre, agrega un componente de volatilidad. La incertidumbre respecto al respaldo político del Gobierno y la sostenibilidad de su programa económico condiciona las expectativas del mercado.


¿Qué proyecta el mercado?

En el mercado de futuros, se anticipa un tipo de cambio de $1.400 para diciembre. Desde BBVA Research estiman que “el nuevo sistema cambiario es una transición hacia un régimen flexible” y que “el límite superior proyectado es consistente con el promedio histórico”.

“La volatilidad electoral puede llevar al dólar a testear esa banda en septiembre, pero el BCRA aún tiene margen para intervenir”, evaluó la entidad.

En definitiva, la combinación de factores financieros, políticos, estacionales y estructurales está reconfigurando el equilibrio cambiario. Con el dólar en máximos nominales, el termómetro económico vuelve a marcar febrícula, y todo indica que el termómetro político será decisivo para saber si la fiebre sube o se controla.


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