Javier Milei tendrá esta semana su primer acto político en el conurbano bonaerense. Será este jueves en Gonnet, La Plata, como orador principal del congreso de La Libertad Avanza, un evento que marcará el inicio formal de la campaña libertaria en el principal distrito electoral del país. El desembarco, con todo el Gabinete nacional incluido, será una demostración de fuerza frente al peronismo, pero también una nueva señal de tensión con el PRO, partido con el que aún no se logra cerrar un acuerdo electoral en la provincia de Buenos Aires.
La cumbre libertaria se realiza en medio de un clima de creciente distancia entre el partido de Mauricio Macri y el entorno presidencial, particularmente por la exigencia de Karina Milei de que la única boleta válida sea la de La Libertad Avanza. Esa postura de “adhesión incondicional” genera rechazo entre los intendentes del PRO, que se resisten a entregar el armado seccional y las listas municipales.
El punto de mayor fricción radica en que la hermana del Presidente exige controlar el diseño de las listas incluso en distritos gobernados por el macrismo, sin habilitar negociaciones individuales ni esquemas compartidos. Esa estrategia encendió las alarmas en las filas del PRO, sobre todo ante el inminente cierre de alianzas —plazo que vence el 9 de julio— y el posterior cierre de listas previsto para el día 19.
En este contexto, solo algunos dirigentes amarillos se muestran dispuestos a sumarse individualmente a la boleta violeta. Entre ellos, figuran Diego Santilli, como posible cabeza de lista en la Primera Sección, y Guillermo Montenegro, intendente de Mar del Plata, en la Quinta.
Cristian Ritondo, jefe del PRO bonaerense, tiene mandato para negociar un frente electoral, pero enfrenta el doble desafío de evitar una rendición política y al mismo tiempo garantizar representación para nombres como Alejandro Finocchiaro y Florencia de Sensi, dos piezas clave de su armado. Tanto él como Santilli y Montenegro son considerados, además, posibles reemplazos de Patricia Bullrich en Seguridad, lo que revela una estrategia paralela del oficialismo para absorber cuadros del macrismo y reconfigurar el mapa político en la provincia.
La interna dentro de La Libertad Avanza también aporta su cuota de conflicto. El ala dura que responde a Santiago Caputo desconfía del armado bonaerense conducido por Sebastián Pareja, al que consideran parte de la “vieja política reciclada”. Esa división complica aún más la posibilidad de construir una coalición sólida en territorio bonaerense.
Con Cristina Kirchner fuera del tablero, Axel Kicillof reagrupando el peronismo y Sergio Massa tejiendo desde las sombras, los libertarios buscan posicionarse como la única alternativa opositora real. Pero para lograrlo, deberán resolver antes sus propias grietas y la puja con el PRO, el otro gran actor en disputa dentro de la oposición.