Israel lanzó contra Irán la Operación León Ascendente, una serie de ataques sin precedentes dirigidos a diversos lugares relacionados con su programa nuclear, fábricas de misiles balísticos y sus capacidades de defensa aérea.
Su ejército también mató a Hossein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (una poderosa rama de las fuerzas armadas del país) y a seis destacados científicos nucleares, según medios estatales iraníes.
En el mismo ataque también fallecieron Fereydoon Abbasi, exdirector de la Organización de Energía Atómica de Irán, y Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor del ejército iraní, anunció Effie Defrin, portavoz de la fuerzas armadas de Israel (FDI).
El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, afirmó en un comunicado que Israel había «desatado su mano perversa y sangrienta» en un crimen contra Irán que «no quedará impune».
«Con este crimen, el régimen sionista se ha preparado un destino amargo y doloroso, que sin duda verá».
Añadió que Israel se enfrentaría a un «severo castigo».
Grupos paramilitares iraníes e iraquíes aliados con Teherán advirtieron repetidamente que cualquier ataque contra Irán, ya sea por parte de Israel o de Estados Unidos, convertiría los intereses y bases estadounidenses en la región, especialmente en Irak, en objetivos «legítimos».
Irán no ha visto operaciones militares de esta escala en su territorio desde la Guerra Irán-Irak.

La principal planta de enriquecimiento de uranio de Irán, Natanz, fue atacada y los medios locales reportan que otros ataques impactaron zonas residenciales de la capital, Teherán, y otras ciudades, y que entre los muertos hay civiles.
El portavoz de las FDI aseguró que «200 aviones de combate israelíes participaron en los ataques, alcanzando más de 100 objetivos en Irán».
Israel, que cuenta con el apoyo militar y diplomático de Estados Unidos, considera a Irán una amenaza existencial.
La justificación de Israel
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró que los ataques eran una «operación militar selectiva para contrarrestar la amenaza iraní a la propia supervivencia de Israel», afirmando que «si no se lo detiene, Irán podría producir un arma nuclear en muy poco tiempo».
«Estamos en un momento decisivo en la historia de Israel. Esta operación continuará durante los días que sean necesarios para eliminar esta amenaza», dijo.
El ejército israelí afirmó que su recopilación de inteligencia mostraba que Irán se acercaba al «punto de no retorno» en su programa nuclear.
La respuesta de Irán no se hizo esperar y contestó al ataque con el lanzamiento de 100 drones que las defensas aéreas de Israel están interceptando fuera del territorio israelí.
El ministro de Defensa, Israel Katz, afirmó que Israel se preparaba para la esperada represalia de Irán.
«Tras el ataque preventivo del Estado de Israel contra Irán, se espera un ataque con misiles y drones contra el Estado de Israel y su población civil en el futuro inmediato», declaró Katz.

Estados Unidos afirmó no haber participado en la operación, lo que aumenta el riesgo de una nueva escalada de tensiones en Oriente Medio, una importante región productora de petróleo.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró a Fox News que había sido informado con antelación de los ataques israelíes, que, según el ejército israelí, involucraron 200 aviones de combate. Trump también enfatizó que Teherán «no puede tener una bomba nuclear».
Estados Unidos subrayó que no participó en la acción israelí y advirtió a Teherán que no atacara a su personal ni a sus intereses.
Sin embargo, Teherán afirmó que Estados Unidos sería «responsable de las consecuencias», ya que la operación israelí «no pudo haberse llevado a cabo sin la coordinación y el permiso de Estados Unidos».

E jueves, Washington ordenó la evacuación de Irak del personal no esencial -y de sus familiares- de la embajada en Bagdad debido al aumento de los riesgos para la seguridad, según informaron este jueves fuentes del gobierno estadounidense.
El anuncio fue hecho pocas horas antes de que Israel lanzara el «ataque preventivo» .
Luego de iniciada la ofensiva, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, emitió una declaración en la que aseguró que su país «no participó en los ataques contra Irán» y apuntó que Israel actuó de forma unilateral.
«Nos informaron que ellos pensaban que esa acción era necesaria para su propia defensa».
«Seamos claros: Irán no debe atacar intereses ni personal estadounidense», añadió.
Fuente: BBC