En una declaración que sacudió el tablero político de Washington, Elon Musk, uno de los empresarios más influyentes del mundo y hasta la semana pasada asesor del Departamento de Eficiencia Gubernamental bajo la administración de Donald Trump, lanzó durísimas críticas contra el nuevo proyecto de ley de presupuesto impulsado por el bloque republicano.
“Lo siento, pero ya no lo soporto”, escribió Musk en su cuenta de X —plataforma de la que es propietario—, antes de calificar la iniciativa como “un proyecto de ley de gastos escandaloso, desmesurado y repugnante. Una verdadera abominación”.
El mensaje fue directo y lapidario:
“¡Qué vergüenza para quienes votaron a favor! Saben que hicieron mal. Lo saben”.
El magnate, fundador de Tesla y SpaceX, se desmarcó públicamente de una de las principales apuestas legislativas del oficialismo republicano. La ruptura con la dirigencia del partido se produce en un momento clave, con la campaña electoral en marcha y la ley de presupuesto como emblema de la propuesta económica del expresidente Trump, quien busca regresar a la Casa Blanca.
Una grieta entre aliados
Hasta hace pocos días, Musk formaba parte de un grupo informal de asesores convocado por Trump para repensar el funcionamiento del Estado bajo el paraguas del Departamento de Eficiencia Gubernamental. Sin embargo, sus discrepancias con el nuevo presupuesto se venían gestando.
Días antes de su publicación, Musk ya había expresado escepticismo en una entrevista:
“Un proyecto de ley puede ser grande o puede ser hermoso. Pero no sé si puede ser ambas cosas”.
Con esas palabras, ironizó sobre la frase con la que el expresidente Trump y su entorno —incluida su vocera, Karoline Leavitt— han defendido el texto: “Es una ley grande y hermosa”, aseguran.
Qué plantea el presupuesto y por qué es tan polémico
La ley, aprobada con mayoría republicana en ambas cámaras, prevé fuertes recortes presupuestarios, incluyendo la reducción del gasto público en salud, con impacto directo en la cobertura de millones de estadounidenses. Además, consolida la extensión de los recortes de impuestos de 2017, que según sus detractores, benefician de forma desproporcionada a los sectores más ricos.
Uno de los puntos más controvertidos es la inclusión de un nuevo impuesto del 3,5% a las remesas enviadas desde Estados Unidos al exterior, una medida que afectaría principalmente a trabajadores migrantes.
El ala demócrata del Congreso no tardó en reaccionar. Denunció que el proyecto constituye un “ajuste regresivo” que pone en riesgo la estabilidad social, al tiempo que beneficia a los más privilegiados. “Mientras los precios siguen altos, este presupuesto castiga a la clase media y a los más vulnerables”, señalaron fuentes cercanas al Partido Demócrata.
El efecto Musk: ¿fractura en la base republicana?
Las palabras de Musk no son inocuas. Su influencia pública, combinada con su cercanía anterior a Trump, convierten su crítica en una señal de fractura interna en el universo republicano. La Casa Blanca trató de minimizar el episodio. “El presidente ya conoce la opinión de Musk. Pero esto no cambia nada: este es un proyecto de ley grande y hermoso, y él se aferra a eso”, sostuvo la vocera Karoline Leavitt.
Sin embargo, analistas políticos advierten que el distanciamiento de figuras influyentes como Musk podría tener efectos en sectores clave del electorado republicano, particularmente entre jóvenes emprendedores, votantes suburbanos y los llamados «independientes tecnológicos» que alguna vez vieron en Trump una vía para la modernización estatal.
¿Y ahora qué?
La tensión entre pragmatismo fiscal, populismo económico y recorte social vuelve a poner al Partido Republicano en una encrucijada. Mientras tanto, la crítica de Elon Musk no solo marca un giro en su vínculo con la política, sino que podría convertirse en una piedra en el zapato para la campaña de Trump.
Si el presupuesto se convierte en un tema central del debate electoral, su rechazo por parte de una de las voces empresariales más resonantes del país amenaza con debilitar el mensaje de unidad que el oficialismo republicano intenta proyectar.