Colapso global: caen los mercados, se desploma el petróleo y crece el temor a una recesión mundial por la guerra comercial

La escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China provocó este miércoles un nuevo derrumbe en los mercados internacionales, con desplomes en las bolsas de Europa y Asia, un hundimiento del precio del petróleo a mínimos de cuatro años y una ola de ventas en los bonos del Tesoro norteamericano que despierta temores sobre la estabilidad financiera global.

El detonante fue la entrada en vigor de nuevos aranceles “recíprocos” impulsados por Donald Trump, que derivaron en una feroz respuesta de China y avivaron el temor a una recesión a gran escala. Los analistas coinciden en que el conflicto amenaza con paralizar el comercio internacional, frenar el consumo y debilitar el crecimiento de las principales economías del planeta.

Europa y Asia se tiñen de rojo

Tras un breve respiro el martes, las bolsas europeas volvieron a desplomarse este miércoles. El índice paneuropeo Stoxx 600 cayó un 4%, arrastrado por pérdidas en todos los sectores, especialmente en salud (-5,7%) y energía (-5,5%). El DAX alemán retrocedió un 4%, el CAC 40 francés un 3,8%, y el FTSE 100 británico un 3,5%.

El pánico se profundizó luego de que China anunciara un endurecimiento de sus represalias comerciales, al elevar del 34% al 84% los aranceles sobre productos estadounidenses a partir del 10 de abril. La respuesta fue vista como una clara advertencia a Washington, que un día antes había subido los aranceles al 104% en algunos rubros.

En Japón, el índice Nikkei también cerró en baja, reflejando la creciente incertidumbre sobre las perspectivas económicas globales.

Se desploma el petróleo: mínimos desde 2021

Los precios del crudo acusan el impacto directo del deterioro en el comercio internacional. Este miércoles, el Brent cayó un 6,7% y cotiza en torno a los u$s58,61, mientras que el WTI se desplomó un 7%, hasta los u$s55,37. Ambos precios son los más bajos registrados desde principios de 2021.

El desplome refleja el temor a una fuerte contracción de la demanda de energía, en un escenario donde la actividad industrial y el consumo podrían verse gravemente afectados por la guerra comercial. A eso se suman expectativas de una desaceleración prolongada en China, uno de los principales importadores de crudo del mundo.

Bonos del Tesoro: señales de alerta

Otro indicador clave que encendió alarmas fue el mercado de bonos del Tesoro de Estados Unidos. El lunes, se registró una violenta ola de ventas que hizo saltar el rendimiento de los bonos a 10 años en 17 puntos básicos, una de las mayores variaciones diarias en décadas. El martes continuó la presión, con los rendimientos por encima del 4%.

La volatilidad recuerda los días más oscuros de la pandemia, cuando los inversores se volcaron masivamente al efectivo. Esta vez, sin embargo, el giro refleja un nerviosismo generalizado ante la posibilidad de que el conflicto comercial derive en una crisis más profunda y prolongada.

Trump y Europa: acuerdos “a medida” y negociaciones en marcha

En medio de este clima de tensión, el expresidente estadounidense Donald Trump se mostró dispuesto a negociar. Durante una cena con legisladores republicanos, aseguró que varios países, incluida China, “están haciendo todo lo posible” por alcanzar un acuerdo. “Me están besando el culo”, dijo sin filtros.

Por su parte, la Unión Europea inició contactos diplomáticos con Pekín y advirtió que podría responder con aranceles del 25% a diversos productos estadounidenses, aunque excluyó el bourbon para evitar represalias contra vinos y licores europeos.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, instó a “evitar una escalada”, mientras que el presidente francés Emmanuel Macron llamó a revertir la decisión de Trump cuanto antes. “El objetivo es llegar a una situación en la que el presidente estadounidense dé marcha atrás”, aseguró.

Riesgo global

El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su “profunda preocupación” por el impacto que la guerra comercial puede tener en los países en desarrollo, especialmente los más vulnerables. Economistas advierten que, de no frenarse esta espiral de aranceles y represalias, el mundo podría enfrentarse a una nueva recesión global con consecuencias sociales y económicas impredecibles.

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