La batalla contra La Corte aparece como primer foco de tensión y hay incertidumbre sobre cambios de gabinete

a pulseada por la reforma del Consejo de la Magistratura se transformó, como era de esperar, en una batalla del oficialismo contra la Corte Suprema de Justicia. El domingo de Pascua dejó una nueva carga de Cristina Fernández de Kirchner sobre el titular del máximo tribunal, Horacio Rosatti. Y así se terminó de correr el foco político, que estaba colocado en un cambio de funcionarios nacionales para oxigenar el equipo presidencial. Fuentes cercanas a Olivos dijeron que aún no estaría resuelto el tema.

Este lunes, Rosatti asumirá como titular del Consejo de la Magistratura, que es el cuerpo encargado de los procesos de designación y destitución de jueces. La Corte había dado plazo hasta el viernes último para que el Congreso sancionara una nueva ley sobre ese organismo. Y dispuso que, de lo contrario, la integración volvería a ser la establecida hasta 2006.

El kirchnerismo rechaza esa decisión de la Corte, que declaró inconstitucional la ley impuesta en aquel momento con impulso de Cristina Kirchner. El oficialismo avanzó con un proyecto lentamente y lo aprobó en el Senado, en una votación ajustada. En Diputados, con escaso tiempo, ni siquiera fue tratado, porque el Frente de Todos no contaba con el respaldo necesario para sancionar el texto tal como llegó desde la Cámara alta.

Sin nueva ley, y por decisión de la Corte, el Consejo de la Magistratura debería comenzar a funcionar desde hoy con 20 integrantes, y con Rosatti como presidente del cuerpo. Para completar la totalidad de lugares, deberían asumir representantes de los abogados, de los magistrados y del ámbito académico -éste último, en discusión-, además de sumar otros dos legisladores.

El oficialismo hizo trascender que no le daría curso a la designación de un nuevo senador y de un diputado, lugares que desde la oposición reclaman para el PRO y para la UCR, respectivamente. Y para frenar el trámite, hubo una presentación ante la Justicia a cargo del diputado Marcelo Casaretto, de buen vínculo con el gobernador entrerriano, Gustavo Bordet, e integrado al espacio más cercano a Alberto Fernández.

La presentación fue aceptada por el juez federal de Paraná, Daniel Alonso, quien informó su medida “precautelar” informó a las autoridades del Senado y de Diputados. El oficialismo interpreta que, por consiguiente, el Consejo de la Magistratura no está en condiciones de funcionar.

La situación de tensión institucional se ve agravada porque, en paralelo, el kirchnerismo escala en su ofensiva contra la Corte. Ayer mismo, domingo, Cristina Kirchner retuiteó un par de mensajes contra Rosatti y habló de “casta” en alusión a los jueces del máximo tribunal.

El tema del Consejo de la Magistratura se impuso además como punto principal de la agenda en momentos que, desde el propia Gobierno, se buscaba bajar la expectativa sobre cambios en el equipo de funcionarios.

Fuentes del oficialismo habían hecho circular que Alberto Fernández tomaría alguna decisión en el fin de semana largo, pero luego se hizo trascender que demandaría más tiempo. Eso generó incertidumbre sobre cuál sería la movida política, mientras algunos integrantes del entorno presidencial, en particular Santiago Cafiero, insistían con mensajes sobre la necesidad de alineamiento detrás del Presidente.

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