La actual coyuntura del comercio global está marcada por riesgos elevados debido a la escalada de conflictos impulsada por Donald Trump, quien ha multiplicado las tensiones preexistentes. El liberalismo económico, que históricamente promovió la integración y la reducción de barreras comerciales, ahora se ve desbordado por nuevas políticas proteccionistas que desafían las normas tradicionales.
La Organización Mundial del Comercio (OMC), que surgió tras la Segunda Guerra Mundial como un mecanismo para evitar políticas comerciales que empobrecieran a los países vecinos, ha perdido relevancia como árbitro global, como advierte The Wall Street Journal. En este escenario, ¿dónde se encuentra Argentina? ¿Qué estrategia de comercio global sigue el país? A pesar de los esfuerzos del presidente Javier Milei por promover un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, este plan ha fracasado, ya que Washington no está interesado en nuevos acuerdos, especialmente con países como Argentina, cuyo modelo económico no se alinea con la política “America First” de Trump.
La reciente orden ejecutiva de Trump amenaza con imponer aranceles del 25% a los países que importen petróleo venezolano, lo que podría afectar no solo a Venezuela, sino también a China, que es uno de los principales compradores del petróleo venezolano. Según informes de Bloomberg, este enfoque podría ser una nueva forma de sanciones secundarias, que podrían aplicarse no solo a Venezuela, sino también a otros países involucrados en el comercio de petróleo con la nación sudamericana.
En un contexto global donde la guerra comercial amenaza con expandirse aún más, Estados Unidos está dispuesto a imponer aranceles a varios sectores, incluyendo semiconductores, medicamentos y automóviles, lo que podría generar represalias aún más graves a nivel global. México, Corea del Sur y Vietnam ya han implementado sanciones contra las importaciones chinas, mientras que Rusia ha incrementado impuestos sobre los automóviles chinos. A medida que el mundo se fragmenta en bloques geopolíticos, el FMI prevé una desaceleración económica global, con una caída en el crecimiento económico mundial del 2,9% al 2,4% en 2024, debido a las tensiones comerciales.
A nivel regional, Argentina se enfrenta a una disyuntiva en la que la política comercial de Javier Milei sigue chocando con las realidades de un mundo cada vez más proteccionista y dividido. En este nuevo panorama, cada nación parece luchar por sus propios intereses, mientras las economías avanzadas adoptan medidas más agresivas para proteger sus industrias clave.