El dictador venezolano Nicolás Maduro, juramentado de forma inconstitucional el pasado viernes para un tercer mandato consecutivo (2025-2031), anunció el sábado que el país, en colaboración con los regímenes de Cuba y Nicaragua, está preparado para “tomar las armas” en defensa del derecho a la paz. Este acto, considerado un golpe de Estado por la oposición y la comunidad internacional, ha intensificado la crisis política, social y económica que atraviesa Venezuela.
En contraposición, el presidente electo, Edmundo González Urrutia, junto a la líder opositora María Corina Machado, continúa liderando una intensa campaña para lograr el reconocimiento internacional y buscar un cambio democrático en el país. Ambos agradecieron el respaldo recibido por diversas naciones y mandatarios que desconocen la legitimidad del régimen chavista.
Detenciones políticas en aumento
La represión en Venezuela ha escalado significativamente en los primeros días de 2025. Según la ONG Foro Penal, al menos 83 personas han sido arrestadas por motivos políticos desde el inicio del año, entre ellas 13 mujeres, un menor de edad y un ciudadano francés. Muchos de los detenidos se encuentran en paraderos desconocidos, lo que ha generado preocupación en organizaciones internacionales.
El pasado 9 de enero fue el día con mayor número de detenciones, con 46 personas arrestadas durante las protestas realizadas en Caracas y otras ciudades del país en apoyo al triunfo de González Urrutia en las elecciones del 28 de julio de 2024, las cuales han sido calificadas como fraudulentas por el chavismo. Entre los detenidos se encuentran el activista Carlos Correa, el ex candidato presidencial Enrique Márquez y Rafael Tudares, yerno de González Urrutia, quien denunció el hecho como un “secuestro”.
Pronunciamientos internacionales
El presidente salvadoreño Nayib Bukele expresó su “admiración y apoyo” a la lucha por la libertad en Venezuela tras una conversación con María Corina Machado. Bukele reafirmó su rechazo a los resultados fraudulentos anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) y dejó claro que su gobierno no restablecerá relaciones diplomáticas con Caracas hasta que se realicen elecciones democráticas.
Por su parte, Ucrania, a través del ministro de Asuntos Exteriores Andrí Sibiga, calificó de “farsa” la juramentación de Maduro y aseguró que al pueblo venezolano se le ha robado su decisión electoral. La Unión Europea, así como diversos países de América y otros continentes, continúan expresando su preocupación por la violación sistemática de los derechos humanos en Venezuela.
Escalada de tensiones
En el ámbito interno, Maduro afirmó que su tercer mandato marca el inicio de una “nueva etapa” en el país, basada en lo que denominó una “fusión popular-militar-policial”. Aseguró que su gobierno seguirá adelante con la construcción de una “nueva democracia revolucionaria”, pese a las crecientes sanciones internacionales y la presión política.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, reiteró que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) no cederá ante las sanciones ni los “chantajes” impuestos por Estados Unidos, que aumentó la recompensa por información que lleve a la captura de Maduro. Padrino López enfatizó la unidad y determinación de las fuerzas armadas para defender el régimen.
Ataques a misiones diplomáticas
En el ámbito internacional, Portugal condenó enérgicamente un ataque contra el consulado general de Venezuela en Lisboa, donde un artefacto incendiario causó daños menores en la fachada del edificio. El gobierno luso reforzó la seguridad de las instalaciones y expresó su rechazo a cualquier acto de violencia contra misiones diplomáticas.
Conclusión
La crisis política en Venezuela continúa agudizándose con la consolidación de un régimen considerado ilegítimo por gran parte de la comunidad internacional. Mientras Maduro busca perpetuarse en el poder mediante la represión y el apoyo de sus aliados regionales, la oposición enfrenta un arduo camino para restaurar la democracia y la estabilidad en el país.