El reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia que declaró inconstitucional la reelección indefinida en Formosa marca un punto de inflexión en la extensa y controvertida trayectoria de Gildo Insfrán, el gobernador con mayor tiempo en el poder en la historia democrática argentina y probablemente de toda América Latina. Desde su asunción en 1995, Insfrán se ha consolidado como un pilar del peronismo y una figura omnipresente en el paisaje político y social de su provincia.

La Sombra de Gildo: Tres Décadas de Dominio Político

Insfrán, apodado “El tío Gildo” en Formosa, lleva casi 30 años al frente de la provincia, pero su influencia política comenzó mucho antes, cuando se desempeñó como vicegobernador entre 1987 y 1995. Su llegada al poder marcó un antes y un después en Formosa: con obras públicas que llevan su nombre, fotografías suyas en las comisarías y una propaganda política omnipresente, su figura se ha transformado en un símbolo del poder absoluto.

Sin embargo, su gestión no está exenta de críticas. Según datos recientes del INDEC, Formosa lidera el crecimiento de la pobreza en Argentina, con un salto del 29,7% al 67,6% entre el primer semestre de 2023 y el mismo periodo de 2024. Además, la provincia ha sido foco de denuncias por corrupción y autoritarismo, desde las restrictivas políticas durante la pandemia hasta las sospechas de manejo irregular de fondos públicos.

El Ascenso de Insfrán y las Reformas a Medida

El momento clave que consolidó el dominio de Insfrán fue en 1999, cuando buscó su tercer mandato consecutivo. La Justicia local, bajo su influencia, le permitió avanzar, sentando un precedente que se mantendría durante décadas. La reforma constitucional de 2003 introdujo el polémico artículo 152, que habilitó la reelección indefinida. Desde entonces, Insfrán ha vencido en todas las elecciones, pero a costa de enfrentamientos con la oposición y denuncias de prácticas antidemocráticas.

El Fallo de la Corte Suprema: Un Golpe a la Reelección Indefinida

El jueves pasado, la Corte Suprema dictaminó que la reelección indefinida en Formosa es inconstitucional, argumentando que este modelo perpetúa una concentración de poder incompatible con los principios democráticos. La decisión genera interrogantes sobre el futuro político de Insfrán y la gobernabilidad en la provincia.

Aunque el fallo no anula directamente el último mandato del gobernador, sí obliga a la provincia a reformar su Constitución. Esto podría abrir la puerta a un nuevo marco legal que limite a dos los mandatos consecutivos. Sin embargo, existe la posibilidad de que Insfrán use esta reforma para reiniciar el conteo de mandatos, manteniendo su influencia hasta 2027 e incluso más allá.

El Rol de Insfrán en el Peronismo Nacional

Insfrán ha sido una figura clave dentro del Partido Justicialista (PJ), llegando a presidir su Congreso Nacional. A pesar de que Formosa representa apenas el 1,36% del padrón electoral argentino, su peso dentro del peronismo trasciende las fronteras provinciales. Su capacidad para movilizar recursos y mantener una estructura partidaria sólida lo convierte en un aliado estratégico, pero también en una figura controvertida dentro del oficialismo.

Un Futuro Incierto

El fallo de la Corte Suprema y la creciente presión política colocan a Insfrán en una encrucijada. Mientras la oposición exige su renuncia y algunos sectores piden la intervención federal de Formosa, el libertario Javier Milei, crítico feroz de la “casta” política, enfrenta el desafío de cómo manejar esta situación sin desestabilizar su administración.

La salida más probable parece ser que Insfrán termine su mandato actual mientras impulsa una reforma constitucional que le permita preservar su legado político. Sin embargo, el panorama sigue siendo incierto, y el próximo capítulo de esta historia dependerá tanto de los movimientos de la Justicia como de las negociaciones políticas en el Congreso y el PJ.

El Símbolo del Feudalismo Político en Argentina

Gildo Insfrán encarna el debate sobre los límites del poder en la Argentina. Su figura, al mismo tiempo carismática y controvertida, es un recordatorio de los desafíos que enfrenta la democracia en contextos de concentración de poder. Mientras tanto, en las calles de Formosa, su rostro continúa dominando los carteles, como un testimonio del impacto que su mandato ha tenido en la vida de los formoseños.