La caída de Diana Mondino: tensiones, intrigas y el final de una Cancillería aislada

En medio de tensiones políticas y decisiones controvertidas, Diana Mondino fue finalmente removida de su cargo como Canciller. Aunque su salida parecía inminente desde hace tiempo, los últimos eventos dejaron claro el distanciamiento con el presidente Javier Milei y la falta de autonomía con la que la economista tuvo que gestionar el Ministerio de Relaciones Exteriores. Sin diálogo directo con el mandatario, Mondino vio cómo la intervención y el desdén de la presidencia limitaban cada vez más su rol.

La Casa Rosada justificó su salida en su voto positivo para levantar el embargo de EE.UU. a Cuba en la ONU, respaldado, según fuentes, por el Secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, quien actuó en nombre de la Presidencia. Sin embargo, ese voto fue una decisión en la que intervinieron otros actores como el vicecanciller Eduardo Bustamante, e incluso fue celebrada por el medio libertario “La Derecha Diario”. Días después, la mención desapareció de su cobertura.

El miércoles, en su oficina en el Ministerio, Mondino se enteró por los medios de su despido mientras trabajaba en temas diplomáticos, un reflejo de la falta de comunicación que caracterizó su relación con el presidente y su círculo cercano. Aunque intentó manejar varias crisis internacionales causadas por los comentarios de Milei hacia mandatarios de países como Colombia, Brasil y España, en la presidencia la minimizaban constantemente. Prueba de ello fue la decisión de Karina Milei de trasladar la agencia de inversiones –el único recurso con presupuesto para misiones comerciales– a la Secretaría General de la Presidencia, dejándola sin herramientas efectivas para la diplomacia.

Entre los traspiés que contribuyeron a su caída, se recuerda cuando el embajador de Palestina asistió al Centro Islámico mientras Milei rechazaba asistir. Mondino no logró contactarse con el presidente para gestionar las posibles repercusiones de este desplante. Además, la agenda de política exterior la manejaba Gerardo Werthein, quien asumirá ahora como Canciller, lo cual restó todavía más poder de decisión a Mondino.

Un hecho curioso involucró al Ministerio de Defensa y un comunicado de Cancillería sobre Malvinas que, de forma inesperada, fue editado para incluir la toponimia “Falklands” en el sitio de Defensa. Aunque en un primer momento pretendieron culpar a Mondino, las investigaciones apuntan a otro origen. El ministro de Defensa, Luis Petri, asumió la responsabilidad del incidente, pero no se ha confirmado si se trató de un error o un acto de sabotaje.

La salida de Mondino es también una advertencia para otros funcionarios de carrera, ya que desde la presidencia se anunció una auditoría para revisar su desempeño.

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