En un evento que busca establecer su propia identidad política, el gobernador Axel Kicillof será el único orador este martes en Berisso, en conmemoración del Día de la Lealtad. Este acto no solo tiene el propósito de celebrar una fecha clave para el peronismo, sino también de funcionar como una “bisagra” que marque el nacimiento de un nuevo espacio político: el “axelismo”, independiente del Instituto Patria y del liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner.
A la cita están convocados intendentes, legisladores, funcionarios y militantes cuya principal referencia es Kicillof, evidenciando un nuevo alineamiento dentro del peronismo. Aunque el grupo aún no tiene un nombre definido, su identidad comienza a tomar forma. La asistencia o ausencia de algunos dirigentes será clave para entender las lealtades que comienzan a delinearse dentro del oficialismo. “Este acto va a blanquear quién está de cada lado”, confesó uno de los organizadores del evento.
Tensiones con el kirchnerismo
El surgimiento de este nuevo espacio ha generado fricciones dentro del kirchnerismo. La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, una de las principales referentes de La Cámpora, expresó su malestar por la falta de apoyo explícito de Kicillof hacia Cristina Fernández en su posible candidatura para presidir el Partido Justicialista. “Me llama la atención que, después de tantas oportunidades que le dio Cristina, Kicillof no haya manifestado su apoyo”, criticó Mendoza, reflejando la tensión en torno al posicionamiento del gobernador.
El descontento en el entorno de Cristina se extendió en los días previos a una reunión planificada entre ambos, de la cual no hay claridad sobre si realmente se llevó a cabo. Mientras algunas fuentes cercanas a la expresidenta aseguran que el encuentro se produjo, el equipo de Kicillof lo negó inicialmente y luego optó por el silencio, lo que alimentó rumores de una creciente distancia entre ambos.
Un nuevo rumbo para Kicillof
La relación entre Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner ha cambiado significativamente en los últimos meses. Si bien ambos continúan en contacto, el gobernador ha dejado de seguir ciegamente los lineamientos de su mentora política. Su ausencia de apoyo explícito a la candidatura de Cristina para presidir el PJ nacional es una clara señal de que la lealtad entre ambos ya no es automática.
A pesar de estas tensiones, se espera que Kicillof y Cristina lleguen a algún tipo de acuerdo político en los próximos días, aunque la confianza entre ambos no es la misma de antaño. Kicillof está enfocado en consolidar su propio espacio y construir una base de poder independiente, lo que parece ser la principal motivación detrás del acto en Berisso.
El futuro del peronismo y la posible lista de unidad
El futuro del Partido Justicialista sigue siendo incierto. Si bien algunos dirigentes, como el riojano Ricardo Quintela, insisten en mantener sus candidaturas, la posibilidad de una interna parece lejana. Los organizadores del acto de Berisso no esperan la presencia de Quintela, ya que su participación podría interpretarse como un desafío directo a Cristina Fernández. Sin embargo, no se descarta la posibilidad de una lista de unidad, con Cristina a la cabeza, aunque los organizadores del acto confían en que el “operativo clamor” no ha tenido el impacto esperado por la expresidenta.
Por ahora, el objetivo de Kicillof es claro: consolidar su liderazgo y autonomía dentro del peronismo. Con el acto en Berisso, busca dejar en claro que el “axelismo” ha nacido y que él, junto a otros gobernadores, está dispuesto a trazar su propio camino político, con o sin el respaldo de Cristina Fernández de Kirchner.