Ricardo Lorenzetti: La Corte Suprema, su futuro y los riesgos del autoritarismo moderno

Ricardo Lorenzetti, uno de los jueces con mayor trayectoria en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, vuelve a ser protagonista en un momento crítico para la máxima autoridad judicial de Argentina. Su experiencia, no solo como uno de los miembros más antiguos del tribunal, sino también como expresidente de la Corte, le otorga un lugar central en las discusiones sobre el futuro de esta institución. En una entrevista reciente, abordó temas cruciales como la necesidad de completar las vacantes en la Corte, la estabilidad de la jurisprudencia y el impacto de posibles cambios en la composición del tribunal.

El impacto de la reducción en el número de jueces

Uno de los puntos más destacados por Lorenzetti es la importancia de mantener la Corte con cinco miembros, una estructura histórica que, según él, otorga estabilidad y seguridad jurídica. A pesar de que se avecina la jubilación del ministro Juan Carlos Maqueda y de que el Senado aún no ha logrado aprobar los nombramientos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla propuestos por el Ejecutivo, Lorenzetti enfatiza que la Corte seguirá funcionando con tres jueces si es necesario. “Yo tuve una experiencia durante bastante tiempo junto con el doctor Maqueda y la doctora Highton, estuvimos mucho tiempo funcionando de tres y bueno, funciona”, asegura.

¿Ampliar o no la Corte?

Otro tema candente es la posibilidad de ampliar el número de integrantes de la Corte. Lorenzetti es claro al respecto: cambiar frecuentemente la cantidad de jueces no es bien visto internacionalmente. “¿Qué inversor va a venir a invertir cuando no sabe cuál es la jurisprudencia de la Corte porque se están nombrando nuevos miembros?”, pregunta retóricamente. Además, recuerda que durante el debate para reducir la Corte a cinco miembros, Cristina Kirchner, entonces senadora, fue una de las principales impulsoras de esa medida.

El equilibrio entre los perfiles de los jueces

Lorenzetti también reflexiona sobre el perfil de los jueces que integran el tribunal. Actualmente, dos de los ministros, Horacio Rosatti y Juan Carlos Maqueda, provienen del ámbito político, mientras que él y Carlos Rosenkrantz tienen un perfil más académico. Para el juez, es importante que la Corte incluya a miembros que provengan del ámbito judicial. “Hay un desbalanceo respecto de los que provienen de los tribunales”, señala, destacando la necesidad de incorporar a abogados con experiencia directa en la Justicia.

El papel de la diversidad de género en la Corte

Otro aspecto que Lorenzetti destaca es la importancia de la diversidad de género en la Corte Suprema. Si bien reconoce que históricamente ha habido poca representación femenina en el tribunal, subraya que la decisión de incorporar más mujeres corresponde a los poderes políticos, no a la Corte. “La diversidad es una decisión que corresponde a otro Poder del Estado”, aclara, refiriéndose al Ejecutivo y al Legislativo, encargados de proponer y aprobar los candidatos.

La consulta de Milei a los ministros de la Corte

En el marco de las propuestas de nombramiento, Lorenzetti revela que el presidente Javier Milei consultó individualmente a todos los ministros de la Corte antes de hacer sus propuestas. “Milei consultó a todos los ministros para conocer su opinión sobre los candidatos para las vacantes”, menciona, destacando el diálogo abierto entre el Poder Ejecutivo y el Judicial.

El peligro del autoritarismo con fachada democrática

Finalmente, Lorenzetti expresa su preocupación por el autoritarismo moderno que, según él, se presenta bajo una fachada democrática. Alude al riesgo de que los Poderes Judiciales sean ocupados por personas afines al gobierno de turno y advierte sobre el debilitamiento de la prensa independiente. “El autoritarismo actual tiene una fachada democrática. Ese vaciamiento es muy peligroso”, sentencia, subrayando la importancia de preservar la independencia del Poder Judicial y de los medios de comunicación.

Conclusión: Un equilibrio delicado para la Corte Suprema

En resumen, Lorenzetti ofrece una visión clara y contundente sobre los desafíos que enfrenta la Corte Suprema en Argentina. Para él, la clave está en mantener la estabilidad de la institución, garantizar la seguridad jurídica y preservar la independencia del tribunal frente a posibles presiones externas. Al mismo tiempo, enfatiza la necesidad de completar las vacantes, pero sin cambios abruptos que puedan poner en riesgo la confianza pública y el prestigio internacional del país.

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