Decenas de miles de personas volvieron a marchar en la capital provincial de Córdoba, como ya había ocurrido el pasado 23 de abril, en una contundente manifestación de rechazo al ajuste presupuestario impulsado por el gobierno de Javier Milei contra las universidades públicas. Estudiantes, docentes, egresados y miembros de la comunidad universitaria se movilizaron en una protesta histórica que refleja el creciente descontento con las políticas educativas del actual gobierno.
La movilización concluyó pasadas las 15:00 horas con la lectura de un documento consensuado por diversas agrupaciones educativas. Bajo el lema “La universidad no es el problema, es parte de la solución”, la comunidad universitaria rechazó de manera enérgica el recorte presupuestario que ha afectado gravemente al sistema educativo y científico del país.
Un conflicto que lleva meses
El malestar en las universidades viene en aumento desde hace varios meses. Según lo expresado en el documento final, esta es la segunda gran movilización nacional en menos de medio año, después de la marcha de abril que había llenado las calles de todo el país. Desde entonces, el ajuste al financiamiento universitario se ha agravado, con una reconducción del presupuesto de 2023 hacia 2024, dejando a las partidas destinadas al funcionamiento universitario completamente desactualizadas. Además, los reclamos salariales de docentes y no docentes no han sido atendidos, y el desfinanciamiento ha puesto en riesgo al sistema científico nacional.
“Una campaña planificada para desprestigiar la universidad”
El documento también denuncia una campaña sistemática y planificada por parte del gobierno, cuyo objetivo es desprestigiar el ámbito universitario y científico. Según lo leído durante la marcha en Córdoba, el gobierno de Milei no solo ha ignorado los reclamos, sino que ha intentado deslegitimar el papel de las universidades públicas en el desarrollo del país. “No ha habido vocación de diálogo”, dice el documento, subrayando que todos los intentos de las universidades por abrir canales de negociación han sido infructuosos.
El profundo desfinanciamiento ha impactado en varios frentes: programas de asistencia estudiantil que se actualizan tarde y de forma insuficiente, paritarias sin acuerdos, y más de 100 obras de infraestructura paralizadas. Las universidades han estado luchando por mantener su funcionamiento básico, mientras que miles de estudiantes se han visto perjudicados por la falta de apoyos suficientes para continuar sus estudios.
Una movilización que resonó en todo el país
La marcha en Córdoba no fue un hecho aislado. Movilizaciones similares se dieron en todo el país, donde diversas universidades y organizaciones de la sociedad civil se unieron en defensa de la educación pública. La protesta, que reunió a miles de personas en plazas y calles de diferentes provincias, buscó no solo rechazar el ajuste presupuestario, sino también defender la importancia del sistema educativo y científico como motor del desarrollo nacional.
El documento leído en la movilización concluyó con un llamado a la unidad y a la acción colectiva, instando a la comunidad universitaria y a la sociedad en general a seguir luchando por la universidad pública. “Hizo falta que la sociedad se manifestara conmovedoramente en toda la Argentina para que empezáramos a tener algunas respuestas”, señala el texto, refiriéndose a la falta de soluciones estructurales por parte del gobierno.
La comunidad educativa, respaldada por miles de personas, sigue firme en su rechazo a las políticas de ajuste que, aseguran, ponen en riesgo el futuro de la educación pública y el sistema científico argentino. La movilización de Córdoba y las que se realizaron en el resto del país dejan en claro que la sociedad no está dispuesta a ceder en su defensa de la universidad pública.
