Boric y Lula aceleran el Corredor Bioceánico Vial mientras Argentina espera la habilitación de Milei para avanzar en obras públicas clave

En el marco del foro empresarial realizado el 5 de agosto en Santiago de Chile, los presidentes de Chile, Gabriel Boric, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, renovaron su compromiso para acelerar las obras del Corredor Bioceánico Vial, un proyecto de infraestructura que promete conectar los océanos Atlántico y Pacífico, facilitando el comercio entre Sudamérica y Asia. Este corredor, que atraviesa los territorios de Argentina, Brasil, Paraguay y Chile, es visto como una pieza crucial para el desarrollo económico de la región.

El acuerdo bilateral entre Boric y Lula establece que las obras deben estar concluidas para el primer semestre de 2025, con el objetivo de fortalecer la conexión entre los mercados del sur de América y los asiáticos. “El desarrollo de infraestructuras comunes es la base para un continente más próspero, unido e interconectado”, afirmó Lula da Silva durante su discurso en el foro, subrayando que el corredor permitirá un ahorro de “1.000 dólares por cada contenedor exportado a Asia”.

¿Qué es el Corredor Bioceánico Vial?

El Corredor Bioceánico Vial, ubicado en el trópico de Capricornio, es uno de los múltiples proyectos de corredores bioceánicos en la región, pero se destaca por su alcance y ambición. Su origen se remonta al 21 de diciembre de 2015, cuando los gobiernos de Argentina, Brasil, Paraguay y Chile firmaron la Declaración de Asunción, comprometiéndose a desarrollar grandes infraestructuras interterritoriales, como carreteras, puentes, ferrovías y túneles, que faciliten el tránsito de personas y bienes a lo largo de un trayecto de 3.000 kilómetros.

Este corredor no solo mejorará la conexión entre el Atlántico y el Pacífico, sino que también ofrecerá una alternativa más eficiente y económica para el comercio intercontinental, evitando la necesidad de atravesar el Canal de Panamá y reduciendo el tiempo de envío hacia Asia hasta en dos semanas.

El trayecto proyectado comenzará en el sur de Brasil, cruzando el estado de Mato Grosso do Sul, luego atravesará el Chaco paraguayo por Alto Paraguay y Boquerón, continuará por el noroeste argentino, pasando por Salta y Jujuy, y finalizará en el norte chileno, en las regiones de Tarapacá y Antofagasta.

Los Desafíos de Argentina

Argentina, como uno de los países clave en este corredor, enfrenta varios desafíos para avanzar en la concreción del proyecto. A pesar de que los funcionarios provinciales de Salta y Jujuy han estado trabajando desde 2021 para impulsar las obras, la falta de financiamiento privado y los altos costos han frenado el progreso. Además, todavía quedan pendientes acuerdos en materia aduanera, incluyendo controles fitosanitarios, zoosanitarios y migratorios, así como el desarrollo de infraestructuras de telecomunicaciones en los puntos fronterizos para agilizar los tiempos de transporte.

En este contexto, la participación de Argentina en el proyecto depende en gran medida de la habilitación de obras públicas por parte del presidente Javier Milei, quien recientemente ha frenado la ejecución de nuevos proyectos de infraestructura en todo el país. En Salta, por ejemplo, solo faltan pavimentar 28 kilómetros de la Ruta Nacional N.º 51 para alinearse con el corredor, pero este avance está a la espera de la autorización presidencial.

El interés de las provincias del noroeste argentino en el Corredor Bioceánico Vial es alto, especialmente por el potencial de impulsar la producción minera, en particular de cobre y litio. Salta ya ha enviado a la Legislatura Nacional un proyecto para adherirse al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) y ha anunciado que ocho empresas mineras extranjeras, mayormente de China y Francia, están dispuestas a invertir más de 9.000 millones de dólares en la provincia, pero la concreción de estas inversiones también está supeditada a la habilitación de las obras públicas.

El Viejo Sueño de Javier Milei: El Corredor Bioceánico Aconcagua

La discusión sobre corredores bioceánicos no es nueva para Javier Milei. Durante uno de los debates presidenciales entre Milei y Sergio Massa, el entonces ministro de Economía hizo alusión al pasado laboral de Milei en la Corporación América, propiedad de Eduardo Eurnekian. Massa recordó un proyecto anterior de un corredor bioceánico, pero en este caso se trataba del Corredor Bioceánico Aconcagua, un tren que uniría el Atlántico con el Pacífico a través de la provincia de Mendoza.7

Este proyecto, impulsado por la empresa privada Tecnicagua, buscaba rehabilitar un tren de carga que había funcionado en los años 70 entre Argentina y Chile. Bajo la dirección de Nicolás Posse, exjefe de Gabinete de Milei, el proyecto incluía la construcción de un túnel de 52 kilómetros a través de la Cordillera de los Andes. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de lobby en Mendoza y los planes de expropiación de terrenos, el proyecto nunca se concretó, en gran parte debido a su elevado costo, estimado en 3.000 millones de dólares, y la falta de un acuerdo de financiamiento entre Argentina y Chile.

Un Futuro Incertidumbre

El Corredor Bioceánico Vial representa una oportunidad significativa para el desarrollo económico y la integración regional en Sudamérica. Sin embargo, su éxito depende de la cooperación y el compromiso de los países involucrados, así como de la capacidad de resolver los desafíos logísticos, financieros y políticos que se presentan en el camino. Mientras Chile y Brasil avanzan con determinación, el rol de Argentina y, en particular, las decisiones del presidente Milei serán cruciales para determinar el futuro de este ambicioso proyecto.

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