Polarización Electoral en Venezuela Reafirma la Identidad de Milei y Pone en Aprietos al Peronismo

El proceso electoral en Venezuela, marcado por violencia y escalada diplomática, ha permitido a Javier Milei tomar un rol protagónico entre los líderes regionales y consolidar su identidad en oposición a Nicolás Maduro. En contraste, el peronismo argentino ha optado por el silencio, pese a los numerosos indicios que ameritarían reclamar las actas del domingo.

Las diversas facciones del Partido Justicialista y los progresistas latinoamericanos, incluyendo los gobiernos de Brasil, México, Colombia y Chile, se encuentran en una posición incómoda ante la situación en Venezuela. Solo Gabriel Boric, presidente chileno, ha exigido “resultados verificables”, tensionando sus relaciones con sectores del Partido Comunista que apoyan a Maduro. Andrés Manuel López Obrador de México ha sido tibio, pidiendo a la Cámara electoral venezolana que difunda los resultados mientras critica el “injerencismo” de terceros países. La voz más esperada es la del brasileño Lula da Silva, quien, al igual que Gustavo Petro de Colombia, se ha mantenido al margen antes de la cumbre de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, donde la canciller argentina Diana Mondino desconocerá los resultados y exigirá un recuento de votos.

Para el peronismo, la polarización que solía beneficiarles ahora les juega en contra. La clara posición de Milei, quien no duda en calificar a Maduro de “dictador”, le ha fortalecido en el ámbito doméstico, a pesar de su historial de agitar sobre fraudes electorales. En el caso venezolano, existen suficientes elementos para alzar la voz: falta de actas, detención de opositores, proclamación de un ganador con solo el 80% escrutado, y múltiples irregularidades.

El peronismo intenta distanciarse de Maduro sin criticarlo directamente. La CGT, tradicionalmente aliada al justicialismo, ha pedido a Maduro que exhiba las actas del escrutinio. Algunos enviados gremiales en Caracas describen el proceso electoral como un “escándalo” lleno de irregularidades. Figuras como Alberto Fernández y Guillermo Moreno han expresado quejas, pero no tienen responsabilidad institucional actualmente.

Dentro del PJ, se considera que Maduro no está a la altura de Hugo Chávez. El partido se enorgullece de haber reconocido sus derrotas electorales en Argentina, y destacan que Juan Domingo Perón evitó confrontaciones violentas. Las declaraciones de Maduro contra Milei y sus intentos de cantar la marcha peronista tampoco ayudan.

El kirchnerismo ha optado por no comentar sobre Venezuela. Mientras algunos critican a Milei por no enfocarse en los problemas internos de Argentina, reconocen que la situación le beneficia en un momento de baja popularidad y crisis interna. En el gobierno de Axel Kicillof, se evita opinar sobre Venezuela, y el Frente Renovador de Sergio Massa permanece callado, aunque Massa ha sido crítico de Maduro en el pasado.

El comunicado de la OEA denunciando “la manipulación más aberrante” pone presión sobre todos. Sin embargo, la única ventaja para el PJ es que las elecciones de 2025 están lejos, y las posiciones sobre Venezuela podrían ser olvidadas para entonces.

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