A cinco meses de haber asumido, la gestión de Javier Milei en el Gobierno presenta un panorama de vacíos en importantes cargos del Poder Ejecutivo. Según el “mapa del Estado” analizado por LA NACION Data, un 16% de los cargos en la administración central nacional aún no cuentan con funcionario a cargo.
Este vacío se extiende más ampliamente si se considera todo el espectro del Estado Nacional, abarcando organismos descentralizados, empresas públicas, obra social estatal y sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria. En este análisis, se observa que el 63% de los puestos en todo el Estado no tienen designación, totalizando 791 lugares sin ocupar sobre un total de 1258 cargos.
En el nivel más alto del organigrama, conocido como “autoridades superiores”, se encuentran aún sin designación 18 cargos de los 191 que componen este estrato. Esto incluye secretarios y subsecretarios de áreas clave como Transformación del Estado, Función Pública y Articulación Federal del Ministerio de Seguridad, entre otros.
En los ministerios, la situación es variada, siendo el Ministerio de Economía el más afectado con un 14% de sus cargos jerárquicos sin designación. Asimismo, en la Jefatura de Gabinete y otros ministerios como Justicia y Capital Humano, también se observan vacíos en cargos importantes que afectan la coordinación y ejecución de políticas públicas.
En cuanto al segundo nivel del organigrama, que abarca la “alta dirección pública”, se registra que el 24% de los 112 cargos en este nivel no tienen aún designación oficial. Esto incluye directores, coordinadores y supervisores de áreas diversas, destacando la ausencia de nombramientos en coordinaciones de infraestructura, acceso a la información pública y logística, entre otras.
Además, se identifican diez funcionarios designados “ad honorem”, lo que agrega complejidad a la gestión y coordinación de actividades en el Gobierno. Estos vacíos y ausencias en cargos clave plantean desafíos en la implementación de políticas y en la coordinación efectiva de las áreas gubernamentales, marcando un ritmo cauteloso en el armado del gabinete en este nuevo espacio político.