Después de un clima de malestar y tensión en la Casa Rosada a raíz de una multitudinaria marcha universitaria en la Plaza de Mayo, una sensación de euforia se apoderó del presidente Javier Milei y de gran parte del gobierno ante la decisión de la Cámara de Diputados de emitir dictamen para el proyecto de Ley Bases y avanzar hacia su tratamiento en el recinto el próximo lunes.
El Gobierno celebró internamente el desenlace de las negociaciones en Diputados luego de intensos idas y vueltas que parecían encaminarse al fracaso. Desde la polémica frase de Milei en la Fundación Libertad hasta el dictamen aprobado, hubo un proceso de negociaciones políticas que el Gobierno considera como un triunfo. En la Casa Rosada festejaron el acercamiento de posiciones entre diferentes bloques parlamentarios, destacando el papel del bloque de La Libertad Avanza.
En este proceso, se logró acordar la redacción final de la reforma del impuesto a las Ganancias, se resignó la privatización del Banco Nación y se obtuvo una reforma laboral más acotada. Sin embargo, las concesiones realizadas por el presidente Milei para lograr el dictamen llegaron al límite, según señaló un encumbrado funcionario del Gobierno. Esto marca una postura firme para futuras negociaciones y cambios en el proyecto.
El texto final de la reforma laboral fue la mayor concesión que alcanzó el gobierno para contener a distintos sectores políticos y sindicales. Se establecieron cambios en multas laborales, el período de prueba y se creó la figura de fondo de cese. Además, se incluyeron ajustes en el Impuesto a Ganancias, elevando el piso para ciertos contribuyentes y modificando las escalas de alícuotas.
En cuanto al calendario legislativo, se prevé que el proyecto obtenga media sanción en Diputados la próxima semana y pase rápidamente al Senado. Sin embargo, aún no está claro el respaldo que el oficialismo cuenta en esta cámara para aprobar el paquete de leyes.
Aunque este avance representa un logro para Milei en el Congreso y podría brindar herramientas para la economía, también enfrenta el desafío de manejar un gabinete fracturado y lidiar con las concesiones realizadas, marcando un equilibrio entre las necesidades legislativas y las convicciones del gobierno.
