En un análisis reciente, el Banco Central de la República Argentina revela un escenario complejo, donde las reservas y la deuda siguen acumulándose. Con un total de 26.640 millones de dólares y una emisión de deuda en Bopreal de u$s6.640 millones, las reservas netas quedan ajustadas en comparación con las recibidas (u$s21.209 millones).
Al inicio del mandato de Javier Milei, la circulación monetaria ascendía a $6,6 billones, aumentando a $7,7 billones para el 8 de febrero, debido a emisiones destinadas a la compra de dólares. No obstante, el desafío radica en el rápido incremento de los pasivos monetarios remunerados, pasando de $22,9 billones a $33,6 billones entre el 10 de diciembre de 2023 y el 8 de febrero de 2024.
El dólar de equilibrio, que era de $1.558 al inicio del mandato, ahora se sitúa en $1.667, evidenciando presiones inflacionarias. Aunque el Gobierno ya no enfrenta déficit fiscal y ha aumentado tarifas, la falta de pesos en el mercado complica la situación.
La escasez de billetes en circulación afecta la dinámica del dólar en el mercado, llevando a la venta de dólar MEP o CCL para obtener liquidez y cubrir las necesidades de las empresas. Las ventas en comercios se realizan mayormente a través de medios electrónicos debido a la falta de billetes y los altos precios, cambiando las ecuaciones de venta y generando ajustes en la economía.
En este contexto, las inversiones también experimentan cambios. Con tasas de interés en plazo fijo del 110% anual poco atractivas, la demanda de bonos en pesos ajustados por inflación crece. Los bonos TX26 y TX28 se destacan como alternativas, aunque sus precios en el mercado varían según sus características de amortización.
El informe sugiere que el dólar pierde su atractivo en medio de una oferta abundante y escasez de billetes en la calle. Las inversiones en bonos ajustados por inflación se vuelven más atractivas, destacando la necesidad de estrategias financieras adaptativas en este entorno.
El horizonte futuro sugiere que el dólar mayorista continuará con micro devaluaciones hasta el segundo semestre de 2024. Las proyecciones económicas anticipan una inflación persistente de dos dígitos hasta abril o mayo, seguida de una disminución a un solo dígito, pero aún elevada. Se espera que para el segundo semestre de 2024, Argentina busque un nuevo acuerdo con el FMI, lo que podría llevar a ajustes significativos en la economía y las finanzas del país.