(CNN) — El nuevo jefe militar de Ucrania, Oleksandr Syrskyi, estableció el viernes nuevas prioridades en el campo de batalla, entre ellas la implementación de nuevas tecnologías y la distribución rápida de suministros a las unidades de combate.
“Hay nuevas tareas en la agenda. En primer lugar, una planificación clara y detallada de las acciones de todos los órganos de mando y control militar, formaciones y unidades, teniendo en cuenta las necesidades de la línea en el frente de las últimas armas suministradas por los socios internacionales”, dijo Syrskyi en una publicación en Telegram.
“La implementación de nuevas soluciones técnicas y la ampliación de experiencias exitosas, como el uso de sistemas no tripulados y la guerra electrónica moderna, es uno de los vectores futuros para construir la victoria en nuestra guerra de liberación”, dijo Syrskyi, añadiendo que la distribución rápida “de todo lo necesario para las unidades de combate ha sido y sigue siendo la principal tarea de la logística militar”.
Solo los cambios y la mejora continua de los medios y métodos de guerra nos permitirán tener éxito en este camino”, añadió.
El despido del popular jefe militar Valerii Zaluzhnyi
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, anunció el jueves la destitución del que era el máximo comandante del país, el general Valerii Zaluzhnyi, en la mayor reestructuración militar desde el inicio de la invasión a gran escala de Rusia hace casi dos años.
La medida del presidente siguió a las tensiones entre Zelensky y el muy popular jefe militar después del fracaso de la tan cacareada contraofensiva de Ucrania, y con Ucrania enfrentando un renovado ataque ruso, escasez de mano de obra y municiones, y la ayuda estadounidense estancada en el Congreso.
En una publicación de Telegram enviada poco antes del anuncio formal, Zelensky dijo que se reunió con Zaluzhnyi y “discutió qué tipo de renovación necesitan las Fuerzas Armadas de Ucrania”.
“Ha llegado el momento de tal renovación”, escribió Zelensky.
El reemplazo de Zaluzhnyi es Syrskyi, quien desde 2019 se desempeña como comandante de las Fuerzas Terrestres de Ucrania.
Zaluzhnyi escribió el jueves en su canal de Telegram que “las tareas de 2022 son diferentes de las de 2024”.
“Por lo tanto, todos deben cambiar y adaptarse también a las nuevas realidades. [Nosotros] acabamos de reunirnos con el comandante en jefe supremo. Fue una conversación importante y seria. Se decidió que necesitamos cambiar nuestros enfoques y estrategias”, afirmó.
Las diferencias entre los dos hombres eran latentes durante muchos meses, pero parecieron ampliarse hacia fines del año pasado, después de que Zaluzhnyi dijera que la guerra había llegado a un punto muerto en un largo ensayo y una entrevista en la revista The Economist en noviembre.
Después de que la contraofensiva de Ucrania fuera rechazada en su mayor parte por las defensas rusas fuertemente fortificadas, advirtió que un gran salto tecnológico “probablemente no implica un avance profundo y hermoso”, sino más bien un equilibrio de pérdidas y destrucción devastadoras.
Sus comentarios desataron críticas inmediatas de la oficina de Zelensky, que dijo que tales comentarios sobre la guerra sólo beneficiaban a Rusia.
Más recientemente, los dos líderes se enfrentaron sobre si Ucrania necesitaba un esfuerzo de movilización masiva. El jefe del ejército había sugerido que se necesitaba hasta medio millón de reclutas, a lo que Zelensky se resistió.
La apuesta de Zelensky
Cuando Rusia lanzó su invasión en febrero de 2022, muchos de los aliados de Ucrania temieron que Kyiv cayera en pocos días y el resto del país en semanas. Pero las tropas ucranianas, bajo la dirección de Zaluzhnyi, lograron expulsar a las fuerzas de Moscú de la capital y, más tarde ese mismo año, consiguieron recuperar grandes partes de los territorios del sur y el este ocupados por Rusia en las primeras semanas de la guerra.
Ucrania esperaba hacer retroceder aún más a las fuerzas de Moscú en 2023, pero el éxito en el campo de batalla resultó esquivo.
La contraofensiva ucraniana, lanzada el pasado mes de junio, tenía como objetivo avanzar hacia el sur, hacia el mar de Azov, dividir las fuerzas rusas en dos y cortar el puente terrestre con Crimea.
Pero los avances de Ucrania fueron modestos. Sus fuerzas intentaron avanzar desde Orikhiv hacia Tokmak, pero solo llegaron hasta Robotyne, a poco más de 20 kilómetros al sur. Rusia sigue ocupando alrededor de una quinta parte del territorio ucraniano.
Desde entonces, Ucrania se ha vuelto a poner a la defensiva debido a una oleada de ofensivas rusas a lo largo de gran parte de la línea del frente, con intensos combates en el noreste de la región de Járkov y en Zaporizhzhia, en el sur. Rusia también ha reanudado sus ataques aéreos contra ciudades de todo el país, y Ucrania ha advertido que sus defensas aéreas corren el riesgo de verse desbordadas.
El despido de Zaluzhnyi es una apuesta política de Zelensky. A pesar del fracaso de la contraofensiva ucraniana, el ahora exjefe militar sigue siendo uno de los líderes más populares del país. Según una encuesta del Instituto de Sociología de Kyiv, el 88% de los ucranianos apoya al general. El índice de aprobación de Zelensky, aunque también alto, era notablemente inferior, del 62%.
Los analistas especulan desde hace tiempo con la posibilidad de que Zaluzhnyi se convierta algún día en rival político de Zelensky en futuras elecciones, aunque hasta ahora el general ha mostrado escasas ambiciones políticas.
En su artículo para CNN, también sugería que los dirigentes ucranianos no habían abordado los problemas de la industria de defensa, que habían provocado cuellos de botella en la producción y escasez de municiones.
Al mismo tiempo, Zaluzhnyi advirtió que Ucrania estaba teniendo que “hacer frente a una reducción del apoyo militar de aliados clave”, ya que éstos se han visto envueltos en sus propias tensiones políticas y distraídos por conflictos en otros lugares.
Afirmó que la mejor manera de que el ejército ucraniano evite verse arrastrado a una “guerra posicional”, en la que los combates se desarrollan a lo largo de líneas de frente permanentes y fortificadas, es que Ucrania “domine” los sistemas de drones, que Zaluzhnyi calificó de “motor central de esta guerra”.
¿Quién es Syrskyi?
Syrskyi, de 59 años, comenzó su carrera militar durante los últimos años de la Unión Soviética, entrenándose en Moscú.
Con la independencia de Ucrania en 1991, ascendió en el escalafón de las fuerzas armadas ucranianas hasta convertirse en general de división en 2009. Desempeñó un papel destacado en la lucha de Ucrania contra los invasores rusos en la región oriental de Donbás en 2014 y 2015.
Dos años más tarde se convirtió en comandante de todas las fuerzas ucranianas implicadas en la Operación Antiterrorista, como se conoció el conflicto con Rusia en el este de Ucrania.
Tras la invasión a gran escala de Rusia en febrero de 2022, Syrskyi dirigió la defensa de Kyiv, y más tarde ese mismo año comandó la exitosa contraofensiva en la región de Járkov, que expulsó a las fuerzas rusas de cientos de asentamientos.
Pero la medida puede resultar controvertida entre las fuerzas ucranianas. Un soldado ucraniano que lucha en el este del país declaró a CNN que no le convencía el cambio en la cúpula militar.
“Tengo la impresión de que Syrskyi es una persona adecuada. Pero lamento que [el jefe saliente del ejército] Zaluzhnyi haya sido destituido. No creo que las cosas vayan a ser más fáciles en el frente. Syrskyi está cerca de las autoridades, pero necesita ser independiente”, declaró a CNN el soldado, que habló bajo condición de anonimato.
Otro, un comandante en primera línea que también sirve en el este de Ucrania, se mostró más crítico con el nombramiento.
“No se destituye al comandante en fefe en medio de una guerra. No saldrá nada bueno de ello. Es hacerle el juego a los rusos”, dijo el comandante a CNN, también bajo condición de anonimato.
Fuente: CNN