El presidente Javier Milei expresó su enojo desde Israel hacia los diputados de diversos partidos por el rechazo a la Ley Ómnibus, intensificando así su conflicto con el Congreso. Simultáneamente, en Buenos Aires, los funcionarios de La Libertad Avanza apuntan a los gobernadores, con quienes la relación se encuentra deteriorada tanto desde la Casa Rosada como desde las provincias.
La reacción de La Libertad Avanza, al devolver el proyecto a comisiones debido a la falta de respaldo clave, fue acusar a los gobernadores de “traidores” y de “extorsionar al pueblo”, generando malestar entre los mandatarios, especialmente los del PRO y los radicales, quienes se sintieron agrupados injustamente con el oficialismo.
En una reunión en la Casa Rosada entre el ministro del Interior, Guillermo Francos, y el presidente de la Cámara baja, Martín Menem, se analizó la situación legislativa tras la derrota. A pesar de las expectativas por el regreso del presidente, se descarta prorrogar las sesiones extraordinarias hasta el 15 de febrero, dando por muerto el proyecto.
La relación tensa se refleja en la decisión de cortar las transferencias directas a las provincias, confirmada por Milei, quien redujo la medida en un 98%. A pesar de algunas llamadas de gobernadores, la relación no muestra signos de mejora. La posibilidad de un plebiscito sobre la Ley Ómnibus se estudia en Balcarce 50, generando divisiones en el oficialismo entre quienes lo ven como una opción para señalar “traidores” y quienes temen una derrota en un contexto de apoyo popular destacado por el Gobierno.
La escalada de la pelea, liderada por Milei y sus seguidores en redes sociales, ha llevado a una confrontación en la que se difunden insultos y descalificaciones contra diputados opositores. La táctica del “escrache” plantea un panorama incierto en el Congreso, con algunos legisladores sugiriendo que el Gobierno buscaba el conflicto más que la aprobación de la ley.