El Papa Francisco aborda la lujuria y destaca el placer sexual como un don de Dios en su catequesis

En una audiencia general de los miércoles, el Papa Francisco abordó temas relacionados con la lujuria y el placer sexual, destacando la importancia de considerar el enamoramiento como una experiencia vital fundamental. Durante la catequesis, el Sumo Pontífice expresó su perspectiva sobre el placer sexual, calificándolo como un “don de Dios” que, lamentablemente, se ve amenazado por la prevalencia de la pornografía en la sociedad contemporánea.

El líder de la Iglesia Católica señaló que el enamoramiento es uno de los sentimientos más puros y sorprendentes en la vida de las personas, aunque admitió que el misterio detrás de por qué las personas se enamoran sigue siendo desconocido. En el marco de su discurso, el Papa Francisco destacó el Cantar de los Cantares, un libro de la Biblia que describe el amor entre dos novios, como una expresión positiva de la sexualidad en la fe cristiana.

A pesar de la ausencia de condena al instinto sexual en el cristianismo, el Papa advirtió sobre el peligro de la lujuria, que, según él, puede corromper las relaciones entre las personas y convertirlas en posesiones tóxicas, carentes de respeto. Enfatizó la importancia de la castidad como una virtud que no debe confundirse con la abstinencia sexual, sino con la voluntad de no poseer al otro.

Francisco resaltó que el “jardín de maravillas” del enamoramiento, que lleva a la generosidad y al deseo de hacer felices a los demás, puede verse amenazado por el demonio de la lujuria. Esta última, según el Papa, saquea, roba, consume de prisa y socava los cimientos de relaciones auténticas.

El Papa Francisco instó a cultivar la empatía, el respeto y la paciencia en las relaciones sexuales, transformándolas en una “danza amorosa” que refleje la belleza del acto sexual. Abogó por la defensa del amor puro y llamó a combatir la lujuria para preservar la belleza de construir una historia juntos.

En sus conclusiones, el Papa Francisco afirmó que el verdadero amor se manifiesta al darse mutuamente, destacando que “servir es mejor que conquistar”. Concluyó su catequesis con una reflexión profunda: “Porque si no hay amor, la vida es triste soledad”.

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