El presidente electo, Javier Milei, se encuentra en un avanzado proceso de negociación para la venta de la exitosa empresa estatal de satélites, Arsat, a Carlos Slim. La empresa ha demostrado su éxito en el campo de la tecnología de vanguardia, colocando dos satélites en órbita y manteniendo una red de fibra óptica y data centers fundamentales para las operaciones del magnate mexicano.
La venta de Arsat ha sido un tema de discusión, especialmente después de que se revelara que Slim apoyó la campaña de Milei. En este contexto, se ha concretado un encuentro entre Darío Epstein, del equipo de transición de Milei, y los ejecutivos de Claro en Argentina, donde se discutió el precio de Arsat, que se estima rondaría los 930 millones de dólares.
El equipo de Milei considera que no será necesario enviar una ley al Congreso para proceder con la privatización, ya que se considera suficiente la adquisición de acciones por parte de Slim. Las conversaciones se llevan a cabo en la Ciudad de México, donde Slim ha tenido experiencia previa en Brasil al adquirir una empresa similar llamada Embratel, fundada por militares brasileños.
Sin embargo, surgen interrogantes sobre la viabilidad política de vender la empresa solo a Slim, dejando fuera a otros jugadores locales como Clarín, Telefónica o Telecentro, quienes podrían reclamar su participación en el proceso de privatización. La influencia mediática que poseen estos jugadores locales en Argentina agrega un matiz a esta discusión.
Otro aspecto a considerar es si Slim tendría pleno control de Arsat o si estaría sujeto a metas impuestas por el Gobierno, relacionadas con la prestación de servicios en zonas menos rentables como el noroeste o la Patagonia.
Si esta operación se concreta, marcaría un hito político importante, ya que hace décadas que Argentina no lleva a cabo privatizaciones de activos estatales de este calibre. En el país, existen más de 30 empresas donde el estado es el accionista mayoritario, siendo la mayoría de estas entidades deficitarias. Sin embargo, Arsat es una de las pocas que reporta ganancias.
Este posible acuerdo representa también un contrapunto con la gestión anterior, ya que Mauricio Macri había expresado su decisión de no privatizar Arsat debido a su rentabilidad. La relación entre Milei y Slim también plantea la posibilidad de futuras privatizaciones, como la de YPF, donde se menciona la participación potencial de Slim como uno de los interesados. Esta situación ha generado tensiones con Macri, quien busca retener la designación del titular del Enacom, el organismo regulador de las telecomunicaciones, para alguien de su confianza.