Cisjordania: aumenta la violencia israelí contra palestinos

Las últimas semanas han sido muy difíciles, dice Halima Khalil Abu Eid. La madre de dos niñas pequeñas vive en Khirbet Susiya, un poblado en las colinas del sur de Hebrón, en la Cisjordaniaocupada por Israel. Hace un mes, mientras la familia dormía, colonos israelíes asaltaron su casa, golpearon a su marido y los amenazaron con un ultimátum. “Deben abandonar este lugar. Si no lo hacen, les dispararemos. Y deben destruir su casa”, cuenta Abu Eid que le dijeron.

Relata que, desde que empezó la guerra entre Israel y Hamás, los colonos han intensificado la presión sobre los habitantes de ese poblado. “Nos están saqueando, destruyendo y aterrorizando, y la última vez también atacaron a mi marido y a su cuñado”, dijo.

Khirbet Susiya lleva años sufriendo el acoso de los colonos que viven en los asentamientos israelíes cercanos. Pero, desde el 7 de octubre, la Cisjordania ocupada ha sido testigo de un aumento “significativo” de la violencia de los colonos y del desplazamiento de palestinos, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, OCHA.

El 7 de octubre, Hamás -considerada una organización terrorista por la UE, Estados Unidos y otros países- llevó a cabo un ataque que causó la muerte a por lo menos 1.200 personas que vivían en comunidades del sur de Israel próximas a la Franja de Gaza y tomó al menos 239 rehenes. Dicho ataque ha provocado ataques de represalia por parte de Israel y una ofensiva terrestre en la Franja de Gaza. Según el Ministerio de Sanidad dirigido por Hamás, los bombardeos israelíes han matado desde entonces a más de 11.000 palestinos en ese territorio, desde donde se siguen lanzando cohetes contra Israel.

Violencia de los colonos en la Cisjordania

La guerra entre Israel y Hamás también ha tenido impacto en la Cisjordania ocupada. Según OCHA, fuerzas israelís han matado allí a 168 palestinos, y otros ocho han sido asesinados por colonos israelíes. Tres israelíes han sido asesinados en ataques palestinos.

Según la ONU, unas 1.149 personas de 15 comunidades han sido obligadas a irse o demoler sus propias casas. Algunos ni siquiera pudieron llevarse sus pertenencias. Grupos defensores de los derechos humanos han documentado varios incidentes en los que colonos armados han entrado en aldeas palestinas y amenazado a los habitantes si no se marchaban.

Khirbet Susiya es una pequeña comunidad de familias palestinas, dispersas por el paisaje montañoso. La mayoría son granjeros. La sencilla casa de Abu Eid , sus tiendas y su corral tenían un aspecto tranquilo el día de la visita de DW. Pero la amenaza de la violencia de los colonos se cierne como una nube oscura. “¿Adónde debemos ir? ¿Qué quieren de nosotros? Sólo quieren quitarnos nuestras casas; lo sabemos por el pasado. ¿Adónde más podemos ir? Esta es nuestra casa, nuestro hogar, no podemos dejarlo”, afirma Abu Eid.

Daños y acoso

“Fue el 16 de octubre cuando colonos uniformados y soldados vinieron aquí… Bloquearon todas las vías de acceso a Susiya y también dañaron dos cisternas de agua”, explica Nasser Nawaj’ah, investigador del grupo israelí de derechos humanos B’Tselem, que también vive en Khirbet Susiya. Otra cisterna resultó dañada y también cortaron algunas tuberías de agua, explicó Nawaj’ah.

Algunos de los pobladores dependen ahora de la presencia de activistas israelíes, que permanecen en el pueblo vigilando las 24 horas del día. Pero estos mismos activistas han sufrido ataques en varias zonas y han sido acosados por colonos, algunos de los cuales vestían uniforme militar. Yehuda Shaul es un activista israelí y cofundador de la ONG israelí “Rompiendo el Silencio”, que ahora trabaja para otra organización, Ofek. Shaul pasa actualmente gran parte de su tiempo en las colinas del sur de Hebrón para ayudar a los aldeanos.

“Durante años, el Ejército no intervino para proteger a los palestinos, pero, desde el 7 de octubre, cuando comenzó la guerra, tenemos hoy una realidad en la que los equipos de respuesta rápida de los asentamientos -se trata de colonos locales- fueron reclutados en el servicio de reserva, y ahora están en uniforme, con armas y equipo completo, con la autoridad de soldados”, dijo Shaul a DW. “Los palestinos ya no tienen básicamente ninguna protección”, añadió.

El Ejército israelí declaró en un comunicado que “la misión de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) es mantener la seguridad de todos los residentes de la zona y actuar para prevenir el terrorismo y las actividades que ponen en peligro a los ciudadanos del Estado de Israel. En los casos de violaciones de la ley por parte de israelíes, el principal organismo responsable de tramitar estas reclamaciones es la policía israelí.”

Añadió que, cuando están presentes en la zona, los soldados actúan contra los hechos de violencia dirigidos contra palestinos o sus propiedades. “En estos casos, los soldados deben actuar para detener la violación (de la ley) y, si es necesario, detener a los sospechosos hasta que la policía llegue al lugar. (…). En las situaciones en las que los soldados no cumplen las órdenes de las IDF, los incidentes se examinan minuciosamente y se aplican las medidas disciplinarias correspondientes”, indicó el comunicado.

Aumento de ataques contra palestinos

De acuerdo con la OCHA, desde el 7 de octubre se han registrado más de 240 ataques de colonos contra palestinos, que han causado víctimas y daños materiales. Según la ONU, esto refleja un aumento significativo. La media actual es de siete incidentes diarios, frente a los tres que se producían antes del comienzo de la guerra.

Estos ataques han provocado el desplazamiento y desalojo de comunidades enteras, principalmente en la zona C, que constituye aproximadamente el 60 por ciento de Cisjordania ocupada. La zona C se creó en virtud de los Acuerdos de Oslo de 1995 y estaba previsto que se transfiriera gradualmente a la jurisdicción palestina, pero sigue bajo el control administrativo y de seguridad de Israel.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha condenado la violencia en Cisjordania: “Tiene que terminar. Tienen que rendir cuentas. Tiene que parar ya”. En un reciente viaje a la región, la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, visitó Cisjordania y advirtió que “no debe ser arrastrada a este torbellino de violencia”.

Fuente: DW

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