Moody’s Investors Service ha examinado cinco aspectos fundamentales que la próxima administración deberá abordar en el ámbito económico después del balotaje entre Javier Milei, de La Libertad Avanza, y Sergio Massa, de Unión por la Patria. Según esta agencia calificadora de riesgo, “ambos candidatos poseen visiones muy distintas sobre cómo enfrentar la hiperinflación en el país, y existe incertidumbre sobre si sus políticas podrán revertir el deterioro económico sin ocasionar consecuencias económicas y sociales”.
Las cinco proyecciones de Moody’s Para Moody’s, es inevitable que se realice un ajuste macrofiscal, independientemente de quién resulte electo. “Los significativos desequilibrios macroeconómicos y fiscales, que impactan en la actividad económica, distorsionan los precios relativos y reducen el poder adquisitivo, demandan medidas por parte del candidato electo”, han analizado. También han destacado que la probabilidad de que el Congreso esté más políticamente dividido influirá en la capacidad del próximo gobierno para implementar políticas que aborden estos problemas.
Otra proyección considera que las distorsiones económicas aumentan el riesgo de un evento de incumplimiento soberano en 2024-2025. “El resultado de la segunda vuelta determinará si la economía está preparada para afrontar un período prolongado de deterioro gradual, ya sea bajo el gobierno de Sergio Massa, que optará por medidas correctivas menores para evitar agitaciones políticas y sociales, o bajo el gobierno de Javier Milei, quien se verá limitado por desafíos de gobernabilidad que obstaculizarán su ambiciosa agenda de reformas”, han explicado.
Además, han asegurado que la calidad crediticia de las empresas no financieras se verá afectada por los problemas económicos. En este sentido, han indicado que “los controles de capitales dificultan la refinanciación de la deuda externa, lo que aumenta el riesgo crediticio”.
A pesar de esta situación, han señalado que la salud financiera de las empresas argentinas seguirá siendo relativamente sólida, “con una relación deuda bruta/EBITDA mucho menor que la de otras empresas calificadas en Caa. Las amortizaciones de bonos a corto plazo son manejables, pero los riesgos de refinanciamiento aumentarán en 2025, especialmente en el caso de la deuda externa”, han advertido.
Asimismo, han pronosticado que la exposición del soberano incrementará el riesgo de los bancos, y la incertidumbre política ejercerá presión sobre los depósitos. “Aunque existe el riesgo de que las ganancias no sean suficientes para restablecer el capital en términos reales, el capital y la liquidez de los bancos respaldan su calidad crediticia. Los bancos tienen una baja penetración crediticia, una exposición contenida, aunque en aumento, a la deuda pública soberana y un bajo nivel de intermediación de los ahorros en moneda extranjera”, han detallado.
Por último, han destacado que habrá cambios en las tarifas y subsidios en los servicios públicos, el sector energético y los gobiernos regionales. En relación con las empresas de servicios públicos, han mencionado que “existe cierta preocupación sobre la capacidad de pago de los clientes, lo que dificultará cualquier cambio estructural”.
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