La brecha cambiaria se ha convertido en uno de los desafíos más significativos que enfrenta la economía argentina en la actualidad. Por un lado, representa un problema, pero por otro, ofrece una ventaja para aquellos que pueden realizar pagos en dólares en el extranjero o que se encuentran viajando en otros países. Mientras que el dólar blue y otros tipos de cambio financieros se disparan y se acercan a los $900, el dólar Tarjeta, conocido como “Qatar”, se mantiene estable en $660.
Este fenómeno se debe a varios factores, incluyendo el contexto preelectoral que favorece la dolarización, la inyección masiva de pesos en la economía para aliviar el impacto de la devaluación y un tipo de cambio oficial congelado. Todo esto ha llevado a un rápido aumento en la brecha entre los diferentes tipos de cambio, con el dólar Tarjeta quedando rezagado debido a la falta de actualización.
La economista Natalia Motyl explica que esta brecha revela el agotamiento del modelo económico actual y la insostenibilidad de la política monetaria. Mantener un tipo de cambio retrasado tiene consecuencias negativas, como la generación de diferentes tipos de cambio, la escasez de dólares y obstáculos en los sectores productivos.
La brecha en el dólar Tarjeta también fomenta el gasto en el extranjero utilizando tarjetas de crédito en lugar de dólares propios. Sin embargo, esto agrava la fuga de divisas del país y beneficia principalmente a la clase media alta. Además, el dólar Tarjeta incluye impuestos que pueden deducirse en el futuro, lo que lo convierte en una opción atractiva.
Los asesores financieros recomiendan utilizar la tarjeta al realizar pagos en el extranjero, ya que se obtiene un tipo de cambio más favorable en comparación con el oficial. Sin embargo, advierten que esta ventaja podría desaparecer después de las elecciones generales del 22 de octubre si se produce una devaluación del tipo de cambio oficial.
A pesar de esta precaución, pagar con tarjeta seguirá siendo conveniente, ya que el tipo de cambio oficial se mantendrá por debajo de los tipos de cambio paralelos, especialmente después de las deducciones impositivas. Por lo tanto, cerrar las compras con tarjeta antes de las elecciones puede ser una estrategia beneficiosa para aquellos que desean aprovechar la brecha cambiaria.