La serpiente sale del vientre del monstruo, dispuesta a camabiar su piel

A medida que se acerca el segundo debate presidencial en Argentina, las expectativas sobre cómo se posicionan los candidatos crecen día a día. Aunque la sociedad se encuentra abrumada por preocupaciones más inmediatas, es fundamental recordar que debemos asumir un compromiso renovado hacia las próximas elecciones. A través de nuestra participación en las urnas, todavía tenemos la oportunidad de cambiar la realidad que parece empeorar sin cesar y que parece no tener fin.

El frente de Todos enfrenta una serie de desafíos y problemas que no dejan de crecer. Cada vez que surge algo nuevo, ya sea debido a la impunidad o a conflictos internos entre factores mafiosos, se expone aún más la profundidad de su degradación. Esta degradación se gestó durante años de impunidad, durante los cuales desde los más altos estamentos del poder, parecía que todo estaba permitido, sin principios ni códigos.

El frente de Todos parece no tener fondo en su degradación. Cada vez que algo sale a la luz, ya sea producto de la impunidad o de alguna vendetta entre factores mafiosos, deja al descubierto su grado de putrefacción, que fue cocinándose en años consecutivos de impunidad. Desde los máximos estamentos del poder, parecía que todo valía, sin principios ni códigos. Insaurralde creía, al igual que muchos de ellos, que la impunidad lo protegería de los abusos más descarados. Su frivolidad y decadencia en su comportamiento, donde el lujo desmedido en su contexto social es propio de personajes que carecen de criterio y capacidad para discernir entre lo público y lo inmoral. Son incapaces de considerar la pobreza como un hecho de convivencia y empatía con aquellos de su distrito que le han confiado el voto. Estos ciudadanos se encuentran en una situación de máxima pobreza, sin salida, y agobiados por la falta de perspectivas para ellos y sus familias.

Uno de los temas que han salido a la luz recientemente es el comportamiento del ex Intendente de Lomas de Zamora y renunciante Jefe de Gabinete de la Provincia de Buenos Aires de Buenos Aires, Martín Insaurralde. Sus acciones y actitudes frívolas y decadentes, que incluyen un lujo desmedido que contrasta con la situación de pobreza que enfrenta gran parte de su distrito, han generado una amplia controversia. Parece haber confundido la hombría con la billetera, la seducción con el lujo y el encanto con la mercancía.

Los recursos que Insaurralde habría dilapidado en sus comportamientos frívolos podrían haberse destinado a ayudar a las familias humildes del conturba. Estos recursos podrían haber proporcionado comida en las mesas, útiles escolares, libros y zapatillas a quienes más lo necesitan. En lugar de eso, Insaurralde los habría gastado en joyas y carteras sin justificación de su valor, revelando un lujo suntuoso y decadente que solo puede satisfacer a mentes que carecen de una visión más profunda de la existencia.

Sin embargo, no es solo Insaurralde quien enfrenta críticas. En otros lugares, como La Plata, se han revelado la existencia de otro entramado corrupto atrevas de una estructura de ñoquis consentidos por el poder, que conlleva a una recaudación millonaria, dinero robado al estado. La distribución de los recursos en beneficio de una oligarquía de intendentes que vienen gobernando como una monarquías decadentes, que durante años fue consolidando su poder.

A medida que se acercan las elecciones, las tensiones aumentan y las revelaciones sobre la corrupción y la decadencia de la clase política continúan surgiendo. La sociedad argentina se encuentra en un punto de inflexión, y la forma en que elige a sus líderes en las próximas elecciones tendrá un impacto significativo en el futuro del país. La vida es una sucesión de cambios, y en este momento crítico, cada ficha del dominó que cae pone de manifiesto los desafíos y obstáculos que el país debe enfrentar para avanzar hacia un futuro mejor.

Quizá en el momento en que todo está a punto de cambiar, una nueva estrategia de los históricos dueños del poder busca evitar que eso suceda. Se está gestando, poco a poco, la transformación del hombre que ha construido una imagen de transgresor, pero a medida que se acercan las elecciones, se convierte en un instrumento más de la casta (Milei).

La vida es así, nada es para siempre, y como una maldición, la víbora que ha estado alimentándose en el gran vientre del poder se dispone a salir y mostrar su verdadero tamaño, su magnífica y reluciente piel está a punto de cambiar, dejando en evidencia que está ahí para que este país no tenga futuro. Uno a uno, las fichas del dominó caen una tras otra. ¿Cuántos hechos más de corrupción tendremos que soportar? ¿Cuánto más hay ahí, dentro del vientre del monstruo?

Osvaldo González Iglesias – Editor

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