Hoy, los políticos y candidatos se enfrentarán en su primer debate público en un contexto político y social que plantea numerosos interrogantes y desafíos que influirán en el futuro electoral de Argentina. Los recientes escándalos de corrupción y la conducta de algunos políticos han generado un profundo descontento en la sociedad. La vergonzosa presencia de Martín Insaurralde en un lujoso yate en el Mediterráneo, después de haber hecho campaña en su distrito de Lomas de Zamora, prometiendo mejoras en los barrios marginados, ha dejado en evidencia la hipocresía de algunos representantes políticos. Además, su ex esposa, Jessica Cirio, concluye su matrimonio con el próspero jefe de gabinete de Axel Kicillof, quien solicito, por la disolucion de ese matrimonio, 50 millones de dolares, dejando en evidencia de cuando dinero estamos hablando, por lo tanto de la magnitud de la corrupcion.
La obscenidad en la política no se detiene aquí. Mientras tanto, las tarjetas de débito de algunos ciudadanos, víctimas de la corrupción política, se utilizan como instrumentos para que los políticos acumulen riqueza. Según la Encuesta Permanente de Hogares, el 40,1% de los argentinos vive por debajo del umbral de la pobreza, y un 9,3% se encuentra en la indigencia. Estas cifras son alarmantes y empeorarán con la inminente devaluación proyectada para el próximo mes, que podría llevar la tasa de pobreza al 43% y la de indigencia al 11%.
El impacto de la pobreza se siente en toda la nación. En ciudades como Resistencia, Chaco, la pobreza alcanza un asombroso 60,3%. En Concordia, Entre Ríos, llega al 58,3%. En el Gran Buenos Aires, se sitúa en un 47%, mientras que en Gran San Luis es del 47,3%, y en Santiago, La Banda, alcanza el 46,6%. Estas cifras se asemejan a las de los países más pobres de África.
La situación se agrava aún más debido a las políticas económicas desacertadas de Sergio Massa, quien está dispuesto a hacer cualquier cosa para llegar al balotaje, sin importar las consecuencias. Cada desajuste presupuestario se traduce en inflación y, por ende, agudiza la pobreza, ya que la moneda local se devalúa, producto de la emicion y de derramar pesos para que el circulante sea mayor que la oferta. Si dos de cada cinco niños apenas pueden obtener una comida al día, gracias a la mala gestión financiera del Ministro de Economía y candidato a presidente, esa cifra podría aumentar a tres niños pronto. La marginalidad podría llegar al 15% a fin de año, y la pobreza superará la cifra registrada en las provincias, alcanzando cerca del 50% a nivel nacional.
En medio de esta situación crítica, los políticos candidatos debatirán hoy. La actuación de Massa será especialmente relevante, ya que se espera que intente maquillar la realidad y ofrecer respuestas evasivas. Es probable que busque culpar al gobierno anterior, al FMI, la sequía y la guerra de Ucrania, en lugar de asumir la responsabilidad por la crisis económica que está llevando al país al borde del colapso. La población se encuentra cansada y desesperada, pero Massa y otros políticos parecen dispuestos a engañar al pueblo con sus artificios y falsas apariencias.
Este gobierno, que parece ser uno de los peores de la historia, podría ser reelegido si logra engañar al electorado. La falta de escrúpulos y la manipulación de la verdad son armas que utilizan para mantenerse en el poder, incluso a costa de la dignidad del pueblo argentino.
Osvaldo Gonzalez Iglesias – Editor