La Legislatura de la provincia de Buenos Aires vive días de asombroso silencio. Desde que se reveló el escándalo de un puntero del PJ que vaciaba cajeros automáticos de empleados fantasmas, el edificio en La Plata se ha convertido en un lugar desolado. Los pasillos están desiertos, y los legisladores y sus asesores evitan asomarse. La preocupación es palpable, ya que el escándalo se ha convertido en una mancha que no respeta límites partidarios, a solo tres semanas de las elecciones.
El caso estalló el 12 de septiembre cuando se mostraron imágenes de Julio Segundo Rigau sacando grandes sumas de dinero de cajeros automáticos en La Plata. Rigau, un electricista que figura como empleado de la Legislatura, milita para un concejal peronista. La política ha reaccionado con pánico y hermetismo, tratando de evitar que se filtren detalles del escándalo. Esto ha llevado a la parálisis en el trabajo legislativo y a una falta de comunicación entre los partidos.
El caso de “Chocolate”, como se conoce a Rigau, es solo la punta del iceberg. ¿Cuántos casos similares existen en la política argentina? El temor se ha apoderado de la clase política, y la incertidumbre crece a medida que se espera que se revelen más detalles sobre la red de contactos de Rigau.
El escándalo ha llegado en un momento crucial, cuando la pobreza en Argentina ha alcanzado el 40,1%, y la economía está en un estado delicado. La devaluación del peso y la brecha entre el dólar oficial y el paralelo están generando preocupación en el mercado. Además, se espera una auditoría del FMI en noviembre.
Sergio Massa, uno de los candidatos presidenciales, se enfrenta a una situación económica complicada y al desafío de las elecciones. La incertidumbre en el mercado y la creciente brecha cambiaria son problemas que debe abordar. Massa espera entrar en el balotaje con Javier Milei y busca convencer a los votantes para que se sumen a su causa.
En medio de esta crisis, también ha surgido un escándalo relacionado con el jefe de Gabinete de Axel Kicillof, Martín Insaurralde, quien se fue de vacaciones a Europa en un barco privado con una modelo. La política bonaerense está sumida en una nueva fase de crisis, y las tensiones son palpables. Kicillof incluso le preguntó a Cristina Kirchner si podía destituir a Insaurralde.
En resumen, el escándalo de “Chocolate” ha paralizado a la Legislatura bonaerense y ha generado una ola de incertidumbre en medio de un panorama económico y electoral delicado. La política argentina enfrenta desafíos significativos en las semanas previas a las elecciones.