En medio del escenario político argentino, Sergio Massa, quien se ha convertido prácticamente en el ministro y candidato por cuenta propia, se encuentra en una situación peculiar. Su recepción, en el mejor de los casos, es una especie de ignorancia por parte de sus superiores: el presidente Fernández y la vicepresidenta Cristina, que parecen estar en declive político.

En este montaje teatral, para simular acuerdos, se presenta a Wado de Pedro, un camporista que anteriormente aspiró a la presidencia respaldado por Cristina, como jefe de campaña de Massa. Sin embargo, De Pedro, quien también ocupa el cargo de ministro del Interior, parece mantenerse al margen de las maniobras de Massa, como la imposición de bonos salariales en lugar de acuerdos salariales, lo que ha generado controversia a nivel provincial y municipal.

La situación se agrava con la crisis económica y la devaluación del peso argentino después de las PASO. Massa ha tomado decisiones económicas cuestionables como candidato, lo que pone de manifiesto la brecha entre su papel como candidato y su papel como ministro. Se necesita una respuesta efectiva en medio de la crisis, pero parece que Argentina está atrapada en un gran vacío político.

La inflación sigue en aumento, y las medidas gubernamentales, como los planes de precios y programas sociales, no parecen detenerla. La falta de un plan coherente y una gestión económica eficiente están generando críticas incluso dentro del oficialismo, con el presidente Fernández cuestionando la campaña electoral de Massa.

En este contexto, la campaña electoral podría centrarse en la economía, con la presencia de economistas como Javier Milei y Carlos Melconian como contrincantes. Milei, en particular, ha ganado relevancia con su discurso enérgico y directo, lo que plantea la pregunta de si los votantes se inclinarán más por el discurso racional o las promesas electorales.

Sin embargo, la seguridad y el aumento de la violencia también se han convertido en un tema importante en la campaña. La gestión de la seguridad pública, incluyendo la respuesta al crimen y la inseguridad, está bajo escrutinio. La ausencia de figuras clave, como el ministro de Seguridad porteño Burzaco, que se fue a ver el US Open en Estados Unidos, ha generado controversia y descontento en la opinión pública.

En resumen, la política argentina se asemeja a un drama teatral en constante cambio, con un elenco de personajes políticos luchando por el poder en medio de desafíos económicos y de seguridad. La campaña electoral se perfila como un escenario importante para discutir estos problemas críticos que afectan a la sociedad argentina.