Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, ha decidido que no se pagará el bono de $30,000 a los empleados públicos, impuesto por Sergio Massa para septiembre y noviembre.
El gobierno porteño ha argumentado que mantiene negociaciones salariales mensuales con los gremios locales, asegurando que están siguiendo el ritmo de la inflación. En este contexto, han afirmado que no contemplan la implementación del bono anunciado por el Gobierno nacional.
Esta decisión de Larreta se suma a la del gobernador peronista de Santa Fe, Omar Perotti, quien fue el primero en anunciar que no pagaría el bono. Posteriormente, otros gobernadores también se han pronunciado en contra, incluyendo al gobernador neuquino Omar Gutiérrez y varias provincias peronistas como Catamarca, Entre Ríos, La Pampa y Tucumán.
Incluso provincias aliadas, como Misiones, también han decidido no pagar el bono. Córdoba y Santa Cruz han optado por una “interpretación” de la norma, relacionando el bono de Massa con beneficios similares previamente otorgados en esas provincias.
En la Ciudad de Buenos Aires, municipios en manos de Juntos por el Cambio, como Lanús gobernado por Néstor Grindetti y Pinamar administrado por Martín Yeza, también han tomado la misma decisión.
Una sorpresa adicional proviene del gobierno de Axel Kicillof, quien ha demorado la confirmación oficial del pago del bono. Han argumentado que los empleados estatales en la provincia han estado recibiendo aumentos salariales por encima de la inflación.
Esta serie de decisiones ha generado controversia, ya que el hecho de que el propio Estado incumpla una obligación que impone a los privados ha llevado a cámaras empresariales a anunciar que no pagarán la suma fija en los distritos donde el gobierno no cumpla con esta obligación.