El PRO logra reunión simbólica liderada por Mauricio Macri en busca de consolidar la unidad partidaria, a pesar de las diferencias metodológicas entre Larreta y Bullrich. Aunque Macri se inclina hacia Bullrich, no rompe la aparente neutralidad. La jugada del bunker compartido se atribuye a Macri, y busca transmitir estabilidad en medio de una sociedad cansada de enfrentamientos.
Ambos sectores, Larreta y Bullrich, buscan evitar que la pérdida en la interna afecte la campaña hacia las elecciones de octubre. La noche del 13 de agosto, día de las elecciones primarias, se acordó evitar cánticos sarcásticos hacia el perdedor para mostrar unidad. El objetivo del bunker común es contrarrestar rumores de ruptura y presentar al ganador interno como el mejor candidato para gobernar Argentina.
La provincia de Buenos Aires juega un papel crucial, dada su densidad demográfica y la incertidumbre en el comportamiento del electorado. El larretismo busca participación para asegurar la definición interna, mientras que Bullrich confía en su voto duro. La campaña en la provincia es reñida, con Bullrich liderando pero con un margen menor que hace un mes. Larreta confía en el arrastre de su candidato a gobernador, Diego Santilli, mientras que Bullrich se apoya en su figura y mensaje de cambio.