La dictadura argentina dejó huellas de crueldad en el hermano pueblo.
Varios niños fueron secuestrados por el régimen militar y sus madres y abuelas aún luchan por encontrarlos. Las abuelas de Praça de Mayo han sido incansables en esta lucha y en julio lograron una nueva victoria al encontrar al niño 133 entre los secuestrados y perdidos sus identidades.
El nieto encontrado es hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho, y nieto de Nélida Navajas (fallecida en mayo de 2012). Fue notificado de su identidad en julio por la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) y ya se reunió con su padre y dos hermanos.
La familia que tantos años lo buscaba está encantada y su hermano Miguel expresó así su satisfacción: “Desde el primer minuto expresó el deseo de conocernos. Nos ha estado buscando y obviamente está feliz y sorprendido por la magnitud de lo que ha encontrado”. “(Él) es muy parecido, es un Santucho. Claro que tenemos facciones, sonrisas, formas… Y (el gusto) por el fútbol también, es bostero como yo”, dijo Miguel.
“El trabajo de mayor profundidad lo hizo la Conadi, que fue creada a pedido de las Abuelas en 1992 para que el Estado pudiera participar en la tarea de restitución de los nietos, como el Estado mueve a todos los que las abuelas no pueden mover” , dijo la presidenta de la asociación, Estela de Carlotto.
Cristina Navajas tenía 26 años cuando fue secuestrada por una banda del Ejército Argentino el 13 de julio de 1976. Era profesora y fue en la universidad donde Cristina conoció a Júlio Santucho, hermano de Mario Roberto Santucho, uno de los principales líderes de la Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y Ejército Popular Revolucionario (ERP).
La pareja, que formaba parte del PRT, tenía dos hijos, quienes presenciaron el secuestro de Cristina en la casa de su cuñada, donde se encontraba con otra colega militante, Alicia Raquel D’Ambra. Cristina y Alicia fueron tomadas embarazadas.
Las tres mujeres fueron secuestradas por militares, quienes dejaron a los niños solos en el departamento. Nélida se enteró de lo sucedido por un vecino, pero nadie la ayudó.
Junto a su hijo menor, Nélida fue en busca de sus nietos y, desde la entrada del apartamento, podía escuchar sus gritos y llantos. Allí también encontró una billetera que contenía una carta que Cristina no le había enviado a Julio, donde mencionaba estar convencida de que estaba embarazada.
“Posteriormente, a través de testimonios de sobrevivientes, (Nélida) pudo confirmar que el embarazo de Cristina seguía su curso”, dice un comunicado leído por las Abuelas en la rueda de prensa que anunció el encuentro del nieto 133.
Celebracion.
La rueda de prensa para anunciar el encuentro del nieto 133 buscó honrar el legado de Nélida Navajas “y de todas las abuelas que nunca perdieron la esperanza de encontrar a sus seres queridos y, por supuesto, honramos a nuestras hijas”.
“Seguiremos buscando al hijo de Alicia D’Ambra, a Liliana Delfino y a todas las nietas y nietos desaparecidos. Porque cada restitución es un acto de reparación para las familias, de verdad y justicia para la sociedad y de memoria para las generaciones futuras”, dice la asociación.
Cada nieto encontrado “es la reafirmación de que la sociedad argentina decide no olvidar y apoyar políticas públicas que permitan conocer la verdad de lo ocurrido durante la última dictadura cívico-militar”, enfatizan las abuelas, recordando que las restituciones “revelan el valor de la vida democrática, derechos conquistados y libertades conquistadas”.
“Entre todos, todos los días, debemos defender, sostener y garantizar nuestra democracia, erradicando el odio, la negación, construyendo al otro como enemigo, y poniendo en el horizonte el amor y el bien común. ¡Bienvenido, querido nieto, eres un triunfo de nuestra democracia!”.
En Brasil no fue diferente durante la dictadura militar, como continúa hasta el día de hoy. Según el Foro de Seguridad Pública, entre 2019 y 2021 desaparecieron más de 200.000 personas, lo que da una media diaria de 183 desapariciones por día. Los expertos dicen que el número puede ser aún mayor porque Brasil no tiene un registro nacional para dar cuenta de los casos. Por otro lado, la tasa de reencuentro, tan solo del 16%, es mucho menor, es decir, no es posible estimar el número real de personas desaparecidas.
De este total de personas desaparecidas, el 30% eran niños, niñas y adolescentes entre 12 y 17 años y las causas mencionadas van desde involucrarse en algún tipo de delito, y terminar siendo secuestrados, víctimas de trabajo esclavo o explotación sexual, hasta casos de desapariciones voluntarias en las que el adolescente se va del hogar por malos tratos o desavenencias familiares.
La encuesta también informó que el 63% de los casos son hombres, el 54% negros. En su mayoría son hombres, jóvenes, negros y morenos, muchos de los cuales se encuentran en situaciones de extrema vulnerabilidad, muchos de ellos solo se encuentran en fosas clandestinas o cementerios, ya muertos. La Ley de Política Nacional para la Búsqueda de Personas Desaparecidas de 2019 prevé la creación de un registro nacional que aún no se implementa.
Necesitamos crear las Abuelas de Praça Brasil para recuperar a nuestros seres queridos desaparecidos.
SIRO DARLAN – Editor y Director del diario Tribuna de la prensa Livre; Juez de Segundo Grado del Tribunal de Justicia de Río de Janeiro (TJRJ); Especialista en Derecho Penal Contemporáneo y Sistema Penitenciario por ENFAM – Escuela Nacional de Formación y Perfeccionamiento de Magistrados; Maestría en Salud Pública, Justicia y Derechos Humanos en la ENSP; Posgrado en Derecho de la Comunicación Social en la Universidad de Coimbra (FDUC), Portugal; Rio Coordinador de la Asociación de Jueces por la Democracia; Consejero Efectivo de la Asociación Brasileña de Prensa; Consejero Meritorio del Clube de Regatas do Flamengo; Miembro de la Comisión de la Verdad sobre la Esclavitud de la OAB-RJ; Miembro de la Comisión de Criminología del IAB. Por buenas prácticas profesionales, en 2019 recibió el Premio en Defensa de la Libertad de Prensa, Movimiento Sindical y Tercer Sector, una colaboración entre el Jornal Tribuna da Imprensa Livre y la OAB-RJ.