La recaudación tributaria en Argentina ha sufrido una caída de casi un 5% en términos reales anuales durante julio, lo que complica aún más los números fiscales del país en su objetivo de cumplir con las metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El desafío es alcanzar un déficit primario del 1,9%, cuando en el primer semestre ya se registró un déficit del 1,1%.
Esta contracción en la recaudación se debe, en gran parte, a la sequía que ha impactado negativamente en los ingresos del fisco en julio. Los derechos de exportación sufrieron una drástica disminución del 43,5%, lo que representa una baja real del 73,7%. La falta del dólar soja también ha contribuido a esta caída.
Aunque el IVA y Ganancias han mostrado un buen desempeño, el rojo primario se mantiene, en gran parte, debido a las dificultades económicas y la disminución de los precios de los productos del complejo sojero y cerealero.
Para el futuro, se espera que las medidas impositivas implementadas generen un aumento en la recaudación a partir de agosto, lo que podría representar hasta un 0,5% del PBI hasta fin de año. Esto permitiría aliviar en parte las tensiones fiscales y cumplir con las metas acordadas con el FMI.
Sin embargo, especialistas advierten que, si bien las nuevas medidas podrían mejorar la recaudación, el resultado fiscal primario para el año 2023 seguirá siendo peor que lo acordado con el FMI debido a la sequía. Aun así, si la recaudación se recupera el próximo año, se podría cumplir con la meta establecida para el 2024.