El tipo de cambio además aumentó 200 pesos en lo que va del año, ya que finalizó el 2022 a $ 346 y ayer cerró en $ 546. Semejante salto refleja a las claras las presiones alcistas sobre el billete, que aún con algunas marchas y contramarchas no le pierde pisada a la evolución de los precios. Es más, aumenta de manera casi calcada.
Las intervenciones del Gobierno para evitar que se disparen los dólares financieros (particularmente el MEP) tienen un éxito relativo, pero no alcanzan para mantener bajo control ni al “contado con liquidación” ni al dólar libre. De hecho, la brecha de este último con el MEP también se viene agrandando y ya se ubica en el 8,5%.
En lo que va del mes el tipo de cambio acumula además una suba del 10,5%, dejando en claro que la estrategia de carry trade no funcionó al menos este mes. El movimiento del tipo de cambió dejó más que la mayoría de fondos “money market” y que los bonos en pesos disponibles en el mercado local, aún aquellos que ofrecen altos rendimientos.
El dólar libre viene mostrando, sin embargo, un comportamiento volátil. Puede estar quieto durante dos o tres meses, pero luego se “despierta” y termina recuperando todo lo perdido contra la inflación. Esto ya había sucedido con el fuerte salto de casi 20% que pegó en abril y volvió a ocurrir ahora, aunque en una magnitud menor hasta el momento.
La gran incógnita es si esta correlación casi perfecta entre inflación y dólar en 2023 se mantendrá igual en lo que resta del año o podría modificarse. Quizás la respuesta dependa de las PASO y de qué manera impacte en las expectativas de los ahorristas y de los inversores.
Un resultado electoral que esté en línea con las expectativas y genere un mejor clima hacia adelante es probable que tenga un impacto positivo en la evolución del tipo de cambio para adelante. Lo contrario sucedió en las primarias de 2019: la contundente victoria de Alberto Fernández, que le sacó en aquel momento 14 puntos a Mauricio Macri, provocó un duro impacto en los activos financieros y también en el tipo de cambio. El dólar saltó de $45 a $60 en un día (en aquel momento no había cepo).
Existe una correlación perfecta entre la inflación y la evolución del tipo de cambio libre en lo que va de 2023. La incógnita es que sucederá luego de las PASO, ya que el resultado electoral influirá en las expectativas y por lo tanto en el comportamiento del mercado cambiario. Lo que seguro seguirá aumentando firme es en todo caso la inflación
No se puede descartar que esta vez suceda lo contrario, si el resultado consigue mejorar las expectativas hacia adelante. Sin embargo, todavía son muchas las incógnitas que persisten en el tablero político que permitan dilucidar claramente qué puede suceder “el día después” de las PASO.
Lo que difícilmente afloje, sin embargo, es la inflación. La mayoría de las proyecciones coinciden en que el rango de suba de 6% al 7% mensual está asegurado para lo que resta del año y que incluso podría producirse un nuevo pico como el de abril, cuando llegó al 8,4%, un récord en los últimos 30 años.
El elevado déficit fiscal y la consiguiente emisión monetaria para tapar esos agujeros consolidan el escenario de fuerte presión sobre los precios y eventualmente sobre los distintos tipos de cambio.
Además, las últimas medidas anunciadas por Sergio Massa -que decidió un nuevo impuesto a las importaciones del 7,5%- también implican un encarecimiento automático de una importante cantidad de productos. Y la perspectiva de un sinceramiento cambiario para después de las elecciones implica a su vez un fuerte salto del dólar oficial que también generaría un fuerte impacto en los precios.
El dólar libre mantiene su tendencia alcista a lo largo de 2023. Sin prisa pero sin pausa, la cotización ya registra un incremento de 57% en el año. Se trataría de una estadística más si no fuera por un detalle: es prácticamente lo mismo que aumentó la inflación en estos primeros siete meses del año, estimando que en julio rondará el 7%.
El tipo de cambio además aumentó 200 pesos en lo que va del año, ya que finalizó el 2022 a $ 346 y ayer cerró en $ 546. Semejante salto refleja a las claras las presiones alcistas sobre el billete, que aún con algunas marchas y contramarchas no le pierde pisada a la evolución de los precios. Es más, aumenta de manera casi calcada.
Las intervenciones del Gobierno para evitar que se disparen los dólares financieros (particularmente el MEP) tienen un éxito relativo, pero no alcanzan para mantener bajo control ni al “contado con liquidación” ni al dólar libre. De hecho, la brecha de este último con el MEP también se viene agrandando y ya se ubica en el 8,5%.
En lo que va del mes el tipo de cambio acumula además una suba del 10,5%, dejando en claro que la estrategia de carry trade no funcionó al menos este mes. El movimiento del tipo de cambió dejó más que la mayoría de fondos “money market” y que los bonos en pesos disponibles en el mercado local, aún aquellos que ofrecen altos rendimientos.
El dólar libre viene mostrando, sin embargo, un comportamiento volátil. Puede estar quieto durante dos o tres meses, pero luego se “despierta” y termina recuperando todo lo perdido contra la inflación. Esto ya había sucedido con el fuerte salto de casi 20% que pegó en abril y volvió a ocurrir ahora, aunque en una magnitud menor hasta el momento.
La gran incógnita es si esta correlación casi perfecta entre inflación y dólar en 2023 se mantendrá igual en lo que resta del año o podría modificarse. Quizás la respuesta dependa de las PASO y de qué manera impacte en las expectativas de los ahorristas y de los inversores.
Un resultado electoral que esté en línea con las expectativas y genere un mejor clima hacia adelante es probable que tenga un impacto positivo en la evolución del tipo de cambio para adelante. Lo contrario sucedió en las primarias de 2019: la contundente victoria de Alberto Fernández, que le sacó en aquel momento 14 puntos a Mauricio Macri, provocó un duro impacto en los activos financieros y también en el tipo de cambio. El dólar saltó de $45 a $60 en un día (en aquel momento no había cepo).
Existe una correlación perfecta entre la inflación y la evolución del tipo de cambio libre en lo que va de 2023. La incógnita es que sucederá luego de las PASO, ya que el resultado electoral influirá en las expectativas y por lo tanto en el comportamiento del mercado cambiario. Lo que seguro seguirá aumentando firme es en todo caso la inflación
No se puede descartar que esta vez suceda lo contrario, si el resultado consigue mejorar las expectativas hacia adelante. Sin embargo, todavía son muchas las incógnitas que persisten en el tablero político que permitan dilucidar claramente qué puede suceder “el día después” de las PASO.
Lo que difícilmente afloje, sin embargo, es la inflación. La mayoría de las proyecciones coinciden en que el rango de suba de 6% al 7% mensual está asegurado para lo que resta del año y que incluso podría producirse un nuevo pico como el de abril, cuando llegó al 8,4%, un récord en los últimos 30 años.
El elevado déficit fiscal y la consiguiente emisión monetaria para tapar esos agujeros consolidan el escenario de fuerte presión sobre los precios y eventualmente sobre los distintos tipos de cambio.
Además, las últimas medidas anunciadas por Sergio Massa -que decidió un nuevo impuesto a las importaciones del 7,5%- también implican un encarecimiento automático de una importante cantidad de productos. Y la perspectiva de un sinceramiento cambiario para después de las elecciones implica a su vez un fuerte salto del dólar oficial que también generaría un fuerte impacto en los precios.