El primer tramo del calendario electoral del 2023 ha revelado una preocupante tendencia: la participación electoral está en declive. Más de 20 elecciones provinciales y municipales realizadas durante este año han mostrado una disminución en la concurrencia a las urnas. Los analistas señalan que el hartazgo de la sociedad con la política y la falta de entusiasmo hacia la oferta electoral son los principales factores que desmotivan a los ciudadanos a votar.
En 14 de las 16 provincias que eligieron gobernador en 2023, se registró una disminución en la participación electoral. Incluso siete de estas provincias no superaron el 70% del padrón electoral. Las últimas elecciones en Santa Fe y Córdoba, dos de los distritos más importantes del país, también mostraron una baja participación cercana al 60%.
El descontento con la política y la falta de incentivo ciudadano son factores clave que explican esta tendencia. Los votantes se muestran desencantados con los candidatos y no encuentran motivación para acudir a las urnas. Además, la intensidad del calendario electoral, con múltiples elecciones en un mismo año, también influye en la decisión de los ciudadanos de votar solo en las elecciones que consideran más importantes.
Aunque el voto es obligatorio en Argentina, el castigo por no asistir a votar es prácticamente nulo, lo que disminuye la presión sobre los ciudadanos para ejercer su derecho al voto.
Esta baja participación podría beneficiar a los partidos políticos con estructuras más sólidas y militancia organizada, ya que pueden movilizar a su electorado incluso ante la falta de motivación por la oferta electoral.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, ha expresado su preocupación por esta situación, y algunos analistas predicen que esta tendencia a la baja de la participación electoral podría trasladarse al escenario nacional en las próximas PASO.
En la historia electoral de Argentina, desde el retorno de la democracia, la participación se ha mantenido mayoritariamente por encima del 70%, con algunas excepciones, como las elecciones PASO de 2021, que se realizaron en el contexto de la pandemia y tuvieron una participación cercana al 68% del padrón electoral.
La justicia electoral mira con preocupación esta tendencia y evalúa posibles medidas para incentivar el voto en las próximas elecciones generales.