Retraso en la inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner afecta el ahorro de importaciones de gas y genera controversia política, aun no funciona

Este 9 de julio, en el marco de la celebración del Día de la Independencia, el gobierno nacional llevó a cabo la inauguración del esperado Gasoducto Néstor Kirchner. Sin embargo, dos días después, el presidente de la empresa estatal encargada del proyecto, Enarsa, Agustín Gerez, anunció que el sistema comenzaría a operar recién entre el 18 y el 19 de este mes. No obstante, la fecha ha pasado y el gasoducto aún no transporta gas.

Aunque se inició la carga inicial del gasoducto antes del acto de inauguración, según registros del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), el flujo de gas aún no ha empezado, lo que retrasa su función hasta finales de mes.

El gasoducto, con una capacidad máxima de 25 millones de metros cúbicos, necesita completar esta carga para comenzar a operar. Una vez que se cumpla esta fase, se espera que transporte 11 millones de metros cúbicos diarios.

El acto político-electoral de inauguración fue protagonizado por destacadas figuras del oficialismo, como el ministro de Economía y candidato del kirchnerismo, Sergio Massa, la líder política del espacio Cristina Kirchner y el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, quien calificó la obra como “la más importante que la democracia recuerde”. Sin embargo, algunos críticos sostienen que no es la obra más relevante de las últimas décadas, comparándola con otros proyectos energéticos históricos del país.

Aunque el Gasoducto Néstor Kirchner representa una oportunidad para aumentar la producción de gas proveniente de los yacimientos de Vaca Muerta, su retraso ha generado tensiones y controversias. Se espera que una vez completo, permita reducir las importaciones de gas, contribuyendo al objetivo de alcanzar el autoabastecimiento energético y compensar el uso de combustibles más costosos.

Según los registros del Enargas, el proceso de carga ha presentado variaciones, lo que podría deberse a pruebas y ajustes en las válvulas del sistema. Con estos retrasos, se estima que la conexión efectiva con el ducto Neuba II para la entrega de gas ocurrirá el 31 de julio, reduciendo así el tiempo operativo del gasoducto durante el invierno y generando preocupación por el impacto en las importaciones y el ahorro energético proyectado.

El Gasoducto Néstor Kirchner se perfila como una pieza clave en el panorama energético del país, pero su retraso ha suscitado debates y cuestionamientos políticos sobre su relevancia y efectividad para enfrentar los desafíos energéticos actuales. La expectativa es que una vez en funcionamiento, contribuya significativamente a la seguridad energética y al desarrollo económico de la región.

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