Con las elecciones primarias (PASO) acercándose, el Gobierno argentino se encuentra en una carrera contra el tiempo para resolver las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y lograr que se efectúe el desembolso de aproximadamente USD 4.000 millones antes del receso de agosto en Washington. Si se llega a un acuerdo esta semana con el staff técnico del FMI, se necesitarán al menos 15 días para que el Directorio del organismo apruebe el envío del dinero. De lo contrario, los vencimientos de julio por USD 2.555 millones tendrán que ser saldados con los yuanes del swap, lo que debilitaría las reservas del Banco Central.
Las negociaciones con el FMI se han complicado debido a la exigencia del organismo de aplicar más ajustes en el gasto público. El Gobierno argentino ha publicado resultados fiscales que muestran recortes adicionales, pero oficialmente reconocerá que ha incumplido la meta del primer semestre.
El acuerdo de Facilidades Extendidas con el FMI establecía una meta de déficit fiscal de $1.181.000 millones hasta junio, pero para alcanzarla, el Gobierno deberá cerrar junio con un superávit de aproximadamente $87.952 millones.
El incumplimiento de las metas acordadas de reservas y ajuste fiscal ha llevado a que el desembolso de junio no se haya efectuado, y los vencimientos de ese mes tuvieron que ser afrontados con DEGs y yuanes. Las reservas netas en el Banco Central han alcanzado un mínimo histórico negativo de USD 7.000 millones, según el criterio del FMI.
Aunque el FMI había aceptado flexibilizar las metas de acumulación de reservas debido al impacto negativo de la sequía, el objetivo de ajuste fiscal aún no ha sido modificado. Esta es otra cuestión clave en las negociaciones, especialmente con la reducción de los ingresos por retenciones debido a los factores climáticos.
Un equipo técnico liderado por el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, viajará a Washington para intentar llegar a un acuerdo con el FMI y asegurar el desembolso de USD 3.881 millones antes de las vacaciones del organismo.
Este desembolso es esencial para que el Gobierno pueda contener la caída de reservas del Banco Central y evitar que se utilicen yuanes en lugar de dólares para intervenir en el mercado cambiario. Si no se logra un acuerdo pronto, el BCRA se enfrentará a una disminución en su poder de fuego para mantener la estabilidad cambiaria.