En este texto, se expone una visión crítica sobre la conducta de Massa y el gobierno, señalando que sus objetivos parecen centrarse en favorecer a empresarios cercanos y emplear tácticas poco éticas para mejorar sus posibilidades en las elecciones. Se afirma que la figura de Massa se asemeja cada vez más a la de los Kirchner, enfocándose en enriquecerse a través de la política. Además, se argumenta que el establishment argentino ha elegido a Massa como su candidato, ya que representa intereses que favorecen a ciertos sectores poderosos, en lugar de gobernar para el bienestar de los ciudadanos en general.
Se menciona el caso de Mauricio Filiberti, un empresario vinculado a la familia Massa, quien obtuvo una licitación millonaria para operar una planta de AYSA, una empresa que dirige Malena Galmarini, también relacionada con la política. Esto genera sospechas de favorecer a empresarios afines, lo que lleva a la conclusión de que el Estado se convierte en un espacio para favorecer a las familias políticas, facilitando así el saqueo de los recursos públicos.
El texto también critica la postura de los candidatos que defienden un modelo corporativo que ha demostrado ser ruinoso para el país, considerándolos como los elegidos del círculo rojo argentino, aquellos que defienden los intereses de las grandes corporaciones y no de los ciudadanos comunes. Se argumenta que cualquier intento de gobernar para el pueblo y no para las corporaciones se ve amenazado, ya que el poder establecido necesita proteger y mantener este modelo que, según el texto, está sumiendo a los ciudadanos en la decadencia y a la Argentina en un camino problemático.
Massa es retratado como alguien sin límites a la hora de cometer bajezas para mantenerse en el poder, ya que su ambición está relacionada con los negocios estatales que comparte con sus amigos empresarios. Se afirma que él y sus allegados rechazan el capitalismo, prefiriendo políticos sumisos que entreguen negocios estatales a dedo, en lugar de promover la competencia que caracteriza al capitalismo.
El texto también aborda un incidente de campaña donde Massa menciona que los candidatos de otro partido quieren eliminar el PAMI, una declaración que aparentemente busca desprestigiar a sus opositores. Luego, se menciona la intervención de una fundación de Patricia Bullrich por parte de un funcionario oficialista, Ricardo Nissen, lo que se interpreta como un ataque desde el poder estatal contra la oposición, similar a tácticas utilizadas por dictadores como Maduro.
Se relata el caso de Franco Rinaldi, un candidato que renuncia debido a una campaña en su contra a raíz de chistes hechos en su espacio político, lo que lleva a reflexiones sobre la cancelación y los ataques políticos en Argentina.
El texto concluye con una advertencia a Juntos por el Cambio (JxC) para tener cuidado con ciertos miembros internos que, aunque se presenten como opositores al kirchnerismo, utilizan las mismas tácticas y adoptan ideologías similares, lo que puede perpetuar un estado de cosas indeseable para el país.
Es importante destacar que el contenido expuesto refleja una postura particular y puede ser influenciado por sesgos o prejuicios. Es esencial para el lector cuestionar y contrastar estas afirmaciones con otras fuentes y perspectivas para obtener una comprensión más completa y objetiva de la situación política en Argentina. Además, el análisis de eventos políticos y candidatos debe basarse en hechos verificables y no en suposiciones o generalizaciones amplias.