Cambio de escenario mundial: Competitividad del peso argentino mejora pero las reservas del Banco Central se deterioran

Durante el mes pasado, ocurrieron eventos a nivel mundial que tuvieron un efecto mixto para Argentina. Por un lado, el peso recuperó cierta competitividad, pero por otro lado, la valuación de las reservas internacionales del Banco Central en dólares se deterioró. ¿A qué nos referimos?

A nivel global, aunque el crecimiento económico se desaceleró, aún se mantiene alejado de una recesión. En el primer trimestre, el mundo experimentó un crecimiento superior al 4% a tasa trimestral anualizada, pero en el segundo trimestre disminuyó significativamente, principalmente debido a la desaceleración en China y en menor medida en la Eurozona. Afortunadamente, la economía de Estados Unidos mantuvo su ritmo de crecimiento. Por otro lado, la inflación a nivel mundial se ha moderado, aunque aún se mantiene en niveles elevados. Después de superar el 7% en la segunda mitad del año pasado, la inflación global ha disminuido a poco más del 4% en el segundo trimestre.

Sin embargo, el ajuste monetario continúa siendo una prioridad, como dejó en claro Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), en su testimonio ante el Congreso de Estados Unidos y en la reunión de banqueros centrales en Sintra, Portugal. Los líderes de los principales bancos centrales del mundo enfatizaron la necesidad de endurecer aún más la política monetaria. Se espera que, después del impasse en junio, la Fed suba las tasas de interés en dos ocasiones más (en julio y septiembre), llevándolas al 5,75%, con el objetivo de frenar las persistentes presiones inflacionarias y enfriar el mercado laboral. Los presidentes del Banco Central Europeo y del Banco de Inglaterra también expresaron posturas similares. Este cambio en la política monetaria llevó a que los mercados percibieran que tanto la economía de Estados Unidos como la economía mundial no corrían un inminente riesgo de caer en recesión, lo que cambió la percepción de riesgo y tuvo un efecto significativo en los precios de los activos financieros globales. Hubo un aumento en el apetito por el riesgo, lo que se reflejó en el alza de las acciones, las materias primas y la caída del dólar en junio.

En este contexto, las acciones mostraron un incremento generalizado, cerrando un semestre muy positivo. El S&P 500 subió más de 6% en junio y casi un 16% en el semestre, el Nasdaq casi un 7% y un 32% respectivamente, mientras que Europa y los mercados emergentes también experimentaron ganancias. Este aumento en el apetito por el riesgo, junto con una menor inflación y un mayor flujo de capitales hacia los mercados emergentes, ha generado una fuerte apreciación de las monedas locales frente al dólar. El índice del dólar DXY alcanzó su nivel máximo en los últimos 20 años a fines de septiembre del año pasado (114,1) y desde entonces ha estado en declive, cayendo a 101,2 en febrero.

Desde entonces, el dólar ha fluctuado entre los niveles de 101 y 103/104. Se espera que continúe depreciándose frente al euro y otras monedas, especialmente las de América Latina. Esto beneficia la competitividad del peso argentino.

En el último mes, el real brasileño ha caído casi un 5% frente al dólar, más de un 8% desde marzo y un 9,5% en lo que va del año. En México, el peso ha pasado de valer 19,5 pesos por dólar en diciembre de 2022 a poco más de 17 en la actualidad. En Colombia, la moneda se apreció más de un 6% en junio, casi un 13,5% desde marzo y casi un 14% en lo que va del año. En Chile, el peso tuvo un aumento del 1,2% en junio, un 3,3% desde marzo y casi un 6% en el acumulado del año. En Uruguay, el dólar pasó de valer 40 pesos a fines de 2022 a 37 en la actualidad, mostrando una apreciación del 3,3% en junio, un 6,4% desde marzo y un 7,5% en 2023. En Perú, la moneda también se apreció en un 1,3% en junio, un 3,8% desde marzo y casi un 5% en 2023.

Esto representa un pequeño alivio para la competitividad del peso argentino, que se encontraba deteriorada. Sin embargo, al mismo tiempo, el dólar ha caído en junio frente a todas las monedas, excepto el yuan chino, que ha experimentado una importante salida de capitales. El yuan, que cotizaba alrededor de 6,71 frente al dólar en febrero, ha llegado a 7,27 en la actualidad. Esto afecta el valor de las reservas del Banco Central argentino.

En resumen, aunque la competitividad del peso argentino ha mejorado debido a la apreciación de las monedas de otros países frente al dólar, el deterioro en la valuación de las reservas internacionales del Banco Central plantea desafíos. El escenario mundial continúa siendo volátil y es necesario seguir de cerca los acontecimientos internacionales que puedan afectar la economía argentina.

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