En un final de elecciones muy ajustado, Martín Llaryora, actual intendente de Córdoba capital, se encuentra a punto de lograr la victoria frente a su rival Luis Juez y convertirse en el próximo gobernador de la provincia. Sin embargo, una falla en el escrutinio impidió que Llaryora celebrara su triunfo en las primeras horas del lunes.
A pesar de las demoras en la carga de los votos y problemas de conexión, Leonardo González Zamar, vocal del Tribunal Electoral, informó que Llaryora aventaja a Juez por 57 mil votos, con 100 mil sufragios aún por computar.
Durante la madrugada, el conteo de votos se vio afectado por las demoras en algunas escuelas, lo que obligó a realizar un escrutinio manual. Aunque el 85% de las mesas se escrutaron a un ritmo constante, el conteo se detuvo posteriormente. Minutos antes de la 1 de la mañana, Juez expresó su queja y afirmó que el partido aún no estaba terminado, aunque insinuó que la derrota era inevitable.
Por su parte, Llaryora se autoproclamó ganador basándose en los datos de las mesas testigo de “Hacemos unidos por Córdoba”. Con una diferencia de 50,000 votos a su favor, afirmó que la tendencia era irreversible y que esperaba ganar la gobernación en pocas horas.
Si se confirma la diferencia con el 95% de las mesas escrutadas, Llaryora se convertirá en el representante del séptimo mandato consecutivo del peronismo en la provincia de Córdoba. Desde 1999, el peronismo ha mantenido el control del poder ejecutivo en la provincia, consolidando su supremacía. Sin embargo, en las elecciones legislativas siempre ha enfrentado mayores dificultades para obtener buenos resultados.
Durante la jornada electoral, Llaryora y sus principales funcionarios se mostraron confiados en el resultado que obtendrían, esperando una ventaja de al menos 4 puntos sobre Juez, quien logró unificar a Juntos por el Cambio detrás de su candidatura. Sin embargo, la proyección resultó demasiado optimista.
Una hora y media después del cierre de los comicios, cuando se cargaron los primeros datos que representaban el 4% de las mesas escrutadas, la tendencia indicaba una victoria de Luis Juez por 7 puntos. Esta información generó conmoción en el búnker de Juntos por el Cambio, donde ya se preveía una elección muy reñida.
Sin embargo, en el búnker del peronismo, la tensión fue mitigada al ritmo del cuarteto, como si la tendencia positiva en el centro de cómputos peronista fuera el resultado final. Aunque reconocieron que la elección era pareja, se mostraron tranquilos.
Juntos por el Cambio, como había ocurrido en elecciones anteriores, y contó con el respaldo de figuras nacionales del PRO como Mauricio Macri y Patricia Bullrich. A pesar de esto, parece que la tercera vez no fue la vencida para Juez.
La estrategia de Juez de nacionalizar la elección fue celebrada por el peronismo cordobés, que, por el contrario, buscó provincializar al máximo los comicios. No obstante, reconocen que la baja participación electoral, que no alcanzó el 70%, y el contexto económico nacional han influido en el descontento de la población hacia la política. “La crisis nacional nos pasa factura a todos”, admitió uno de los integrantes del espacio político.
En el círculo político de Llaryora, están convencidos de que la ciudad de Córdoba valora su gestión y que eso les ha permitido obtener una buena diferencia en la capital. Históricamente, el peronismo cordobés ha tenido un mayor respaldo en el interior de la provincia, mientras que la capital ha sido un territorio más difícil de conquistar debido a las limitaciones en el nivel de conocimiento del partido. Sin embargo, en esta ocasión, Llaryora logró un buen resultado en la capital, estableciendo una ventaja crucial de casi 8 puntos.
A pesar de las encuestas previas que indicaban una diferencia estimada de diez puntos a favor de Llaryora, los resultados finales demostraron que las proyecciones fallaron. El oficialismo confió en los datos de las mesas testigo para mantener la calma durante la jornada electoral. A medida que se cargaban los votos de las ciudades donde gobierna la oposición, la tendencia se fue revirtiendo y la tensión comenzó a disminuir.
Aunque todavía queda un porcentaje de mesas por escrutar, todo indica que Martín Llaryora está a punto de lograr un nuevo mandato como gobernador de Córdoba, asegurando la continuidad del peronismo en la provincia. Con esta victoria, el peronismo prolongará su supremacía en Córdoba por cuatro años más, consolidando su posición política en la región.
Los resultados finales de las elecciones en Córdoba serán determinantes para el futuro político de la provincia y podrían tener implicaciones a nivel nacional.