El kirchnerismo puro se desconcierta ante la ausencia de su representante en la fórmula presidencial

El kirchnerismo puro se encuentra abatido y desconcertado por la decisión de Unión por la Patria de no incluir a ningún miembro del espacio en la fórmula presidencial. Sergio Massa y Agustín Rossi, líderes del Frente Renovador y figuras independientes respectivamente, fueron los elegidos para conformar el único binomio del oficialismo en las PASO. Esta inesperada situación deja fuera de la carrera por la Presidencia al camporista Eduardo de Pedro, quien contaba con el respaldo de Cristina Kirchner, y a Daniel Scioli, quien aseguraba participar en las internas sin dudas.

La ausencia de un referente del kirchnerismo en la fórmula contradice las expectativas generadas en los últimos cuatro años de gobierno del Frente de Todos sobre la sucesión de Alberto Fernández. Nunca se esperó que Cristina Kirchner cediera ambos lugares, lo que marca la primera vez en la historia del kirchnerismo que la apuesta presidencial no recae en un Kirchner o uno de sus dirigentes más cercanos. En elecciones anteriores, Néstor Kirchner y la propia Cristina Kirchner encabezaron la fórmula. Este inesperado desenlace tomó por sorpresa a los funcionarios del ala dura del Gobierno, quienes estaban al tanto de la presión ejercida por Massa y creían que la vicepresidenta se mantendría firme en su postura.

Aunque algunos expresan sus dudas debido a la falta de un aval explícito de Cristina Kirchner y la ausencia de la oficialización en la cuenta de Twitter de Unión por la Patria, la teoría del massismo es que la vicepresidenta utilizó la fórmula De Pedro-Manzur como una estrategia de negociación para obtener mayores posiciones en las listas electorales, sabiendo que Massa finalmente sería el único candidato.

La relación entre Cristina Kirchner y Massa en adelante, especialmente durante la campaña electoral, plantea la incógnita principal debido a las profundas diferencias en el programa económico y la relación con el Fondo Monetario Internacional. La militancia se muestra decepcionada por la exclusión de Wado de Pedro, lo que se interpreta como una muestra de debilidad del kirchnerismo en el arco político. Ahora, el kirchnerismo se centrará en la lucha por el Congreso y la provincia de Buenos Aires, y se espera que La Cámpora, liderada por Máximo Kirchner, apoye fervientemente la fórmula.

Con la confirmación de que De Pedro encabezará la lista para el Senado y Máximo Kirchner encabezará la lista para la Cámara baja, algunos retoman la teoría de que Cristina Kirchner busca preservar su poder en la Provincia de Buenos Aires. Además de respaldar a su protegido político y a su hijo, quienes prácticamente aseguran su ingreso al Congreso, también respalda la reelección de Axel Kicillof, el candidato mejor posicionado en las encuestas de la provincia. Si bien la victoria en las elecciones generales a nivel nacional parece complicada, retener el poder en la provincia le garantizaría a Cristina Kirchner una

preponderancia política en el territorio más poblado del país durante los próximos cuatro años, así como posiciones influyentes en el ámbito legislativo nacional. Aunque el objetivo final sigue siendo la Presidencia, el kirchnerismo se aferra a la idea de asegurar al menos la retención del territorio bonaerense.

Con el escenario definitivo planteado, si Unión por la Patria llegara a perder las elecciones generales a nivel nacional frente a Juntos por el Cambio, pero lograra conservar la provincia de Buenos Aires, Cristina Kirchner garantizaría un control predominante en el distrito más importante del país durante el próximo mandato, y aseguraría una presencia destacada en el ámbito legislativo a nivel nacional. A pesar de este revés y la pesadumbre que oscurece las filas del kirchnerismo, el enfoque se centrará ahora en la batalla por el Congreso y la provincia de Buenos Aires, donde buscarán mantener su influencia política y consolidar su poder.

Las próximas etapas de la campaña y la convivencia entre los diferentes actores políticos serán desafiantes y tensas, dada la naturaleza de las diferencias internas y las discrepancias sobre cuestiones clave como la economía y la relación con organismos internacionales. Sin embargo, el liderazgo de Máximo Kirchner y el respaldo de La Cámpora se espera que fortalezcan la fórmula presidencial conformada por Massa y Rossi.

En definitiva, el kirchnerismo se enfrenta a un nuevo escenario político donde la ausencia de un referente del espacio en la fórmula presidencial genera incertidumbre y replantea las expectativas previas. Con la mirada puesta en retener la provincia de Buenos Aires, el kirchnerismo buscará mantener su influencia política y asegurar posiciones estratégicas en el Congreso. El desenlace de esta contienda política, sin duda, tendrá repercusiones significativas en el futuro del movimiento y en el panorama político argentino en general.

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